viernes, 2 de octubre de 2015

La endogamia en la realeza europea: Mandíbulas prominentes, locura, hemofilia...


Durante los últimos mil años, las familias reales de Europa se han casado entre ellos. Lo hicieron para crear dinastías y mantener la riqueza dentro de sus familias. El problema fue que con el tiempo se creó una pesadilla genética. Un ejemplo de esto es la Casa de Habsburgo. Desde el siglo XV, los Habsburgo se casaron entre parientes en España, Austria, Inglaterra, Hungría, Bohemia, Grecia, Portugal y México. En algún momento se creó una deformidad genética llamada el "labio Habsburgo", que luego se extendió a través del árbol genealógico. Esta condición, conocida como prognatismo mandibular, hace que la mandíbula inferior sobresale sobre los dientes superiores como un bulldog.

Carlos I de España y V de Alemania  FUENTE

Otros rasgos comunes de la endogamia de los Habsburgo, es una gran nariz deforme, párpados caídos y la hidrocefalia. La hidrocefalia, hace que se acumule líquido en el cráneo, ejerciendo presión sobre el cerebro. Causa discapacidad mental, convulsiones, incluso la muerte prematura. Síntomas que abundaban en la casa Habsburgo.

En 1793 el emperador Francisco II se casó con su doble prima hermana (tenían los mismos cuatro abuelos) Maria Teresa. Su hijo, Fernando I (1793-1875), nació con una cabeza hidrocefálica, el cuerpo encogido, y epilepsia. Tenía la mandíbula Habsburgo y una lengua demasiado grande para su boca y escasa inteligencia. Uno de sus pasatiempos favoritos era meter su culo en una papelera y rodar por el suelo con ella acoplada. A pesar de eso, reinó como emperador durante 18 años.

Kaiser Ferdinand I von Österreich in ungarischer Adjustierung mit Ordensschmuck c1830.jpg
Fernando I  FUENTE

En 1649 el rey Felipe IV de España se casó con Mariana de Austria, que era su sobrina. Su hijo Carlos II (1661-1700) tenía las mismas enfermedades que Fernando I. Aunque su lengua era más grande aún. Apenas podía comer o hablar. También era impotente, fue el último Habsburgo en España.

Rey Carlos II.jpg
Carlos II  FUENTE

Los Habsburgo no fueron la única casa real cuya genética, era enturbiada por la endogamia. En el siglo XIX la consaguineidad hacía estragos:

Jorge III de Inglaterra (1.738 - 1820) fue llevado al Palacio de Kew en camisa de fuerza en 1801 y nunca fue de nuevo visto en público. La Reina María I de Portugal (1734-1816), cuyo marido era también su tío, le gustaba vestirse como una niña y tenía contínuas rabietas. Cristián VII de Dinamarca (1749 - 1808) corriá alrededor del palacio rompiendo muebles y golpeándose contra ellos, hasta que sangraba. El Zar Pablo I (1754 - 1801) era un paranoico esquizofrénico. En 1797 prohibió los zapatos con cordones, enviando a las tropas a las calles de San Petersburgo con la orden de matar al que violase su edicto. Luis I de Baviera (1786-1868) era propenso a vagar por la ciudad de Munich con andrajos y con un paraguas hecho jirones.

Pablo I,  Zar de todas las Rusias  FUENTE

La reina Victoria de Inglaterra (1819-1901) y su marido (y primo) Alberto, tuvieron nueve hijos, que se casaron con todas las familias reales europeas. Desafortunadamente un hijo y dos de sus hijas llevaban un regalo mortal de su madre en su genes, la hemofilia. Los hemofílicos carecen de la proteína que coagula la sangre, lo que hace que la herida más pequeña sea una asesina potencial. Los hijos de Victoria, lo pasaron a sus hijos, algunos de los cuales se lo pasaron a sus hijos. Con que es muy posible que esté todavía en algunos miembros de la realeza actual.

La casa Windsor actual casa reinante en Gran Bretaña, estaba llevando a cabo los hábitos endogámicos de sus antepasados. La reina Isabel II (1926-) está casada con el príncipe Felipe primo segundo por parte del rey Cristián  IX de Dinamarca, y primo tercero a través de la reina Victoria. Pero por lo que parece sus hijos y su nieto mayor, han elegido simples "mortales" para sus matrimonios, con distinta suerte. Pero eso ya es otro tema.

Vía: Neatorama 

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