martes, 12 de mayo de 2020

Vespasiano y su impuesto a la orina


A lo largo de los siglos, los gobiernos han cobrado impuestos por todo.

Los antiguos romanos valoraban la orina por su contenido de amoníaco. Encontraron que era el enemigo natural de la suciedad y la grasa. La orina era valiosa para lavar la ropa e incluso para blanquear los dientes. Y como todos los productos valiosos, había un esquema para gravarlo.

El emperador Vespasiano (69-79 d. C.) gravó el comercio de la orina que se recolectaba en los baños públicos. Pero incluso algunos romanos ricos lo consideraban odioso.

Busto de Vespasiano  FUENTE

Cuando Tito, el hijo de Vespasiano, se quejó ante su padre de la naturaleza desagradable del impuesto, su padre le mostró una moneda de oro y le preguntó si se sentía ofendido por su olor. Tito le dijo que no y en ese momento Vespasiano le respondió “Sin embargo, se trata de la orina“.

En la actualidad, la frase "Pecunia non olet" se utiliza para señalar con cinismo que el dinero vale lo que vale, independientemente de la nobleza o vileza de su origen. En alemán se sigue empleando esta frase clásica, traducida como "Geld stinkt nicht".

Vïa: National Geographic


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