miércoles, 30 de octubre de 2024

¿Por qué las calabazas son el símbolo de Halloween?


   Halloween tiene su origen en el festival de Samhain, Samhain​ es una fiesta gaélica que se celebra el 1 de noviembre y que marca el final de la temporada de cosechas. Samhain era el señor de la muerte y su nombre significa literalmente "el fin del verano". Los pueblos antiguos asociaban la llegada de los días más fríos y oscuros con la muerte. Los celtas creían que había una barrera entre el mundo de los humanos y el de los espíritus que se abría al final del verano. Eso permitía a los fantasmas rondar la Tierra. Así que, el 31 de octubre, las almas de los muertos regresaban a sus hogares pero también salían brujas, duendes y elfos a acosar a quienes les habían hecho daño en vida.

   A medida que el cristianismo fue suplantando los ritos paganos, el festival se convirtió en la Víspera de Todos los Santos (en inglés All Hallows Eve, que se contrae en Halloween).  Una tradición que surgió en Irlanda fue la de convertir nabos tallados en lámparas, en alusión a la leyenda de Jack o' Lantern. La historia es que un tal Jack hizo un pacto con el diablo que le salió mal y se vio condenado a rondar la noche eterna, iluminando su camino con un trozo de carbón incandescente dentro de un nabo tallado con agujeros. Los lugareños empezaron a cargar estas "linternas de Jack" (Jack o' Lanterns) por las aldeas y las dejaban encendidas frente a las casas en la noche de Halloween. Se suponía que servían para ahuyentar a los malos espíritus. 

   Los inmigrantes irlandeses que llegaron en oleadas a Estados Unidos en el siglo XIX, encontraron en su nuevo país una planta más fácil de tallar: la calabaza. Este alimento, redondo y anaranjado, se cosecha en EE.UU. entrado el otoño y por eso está tan íntimamente asociado con Halloween en ese país. Tradicionalmente, la calabaza se corta en la parte superior del tallo y se le raspa toda la carne, hasta que quede hueca.





   Los inmigrantes irlandeses en Estados Unidos pasaron de los nabos tallados a las calabazas. El efecto linterna se produce introduciendo una fuente de luz, como una vela encendida, dentro de la calabaza. 

FUENTE: BBC

miércoles, 16 de octubre de 2024

El ingeniero de la NASA que inventó la pistola de agua

    Lonnie George Johnson nació el 6 de octubre de 1949 en Mobile, Alabama. Su padre era un veterano de la Segunda Guerra Mundial que trabajaba como conductor civil en bases de la Fuerza Aérea, mientras que su madre trabajaba en una lavandería y como asistente de enfermería.

   Por interés y por necesidad económica, el padre de Johnson era un manitas que enseñó a sus seis hijos a construir sus propios juguetes. Cuando Johnson tenía 13 años, colocó un motor de cortadora de césped en un kart que construyó con restos de chatarra y corrió con él por la carretera hasta que la policía lo detuvo. Johnson soñaba con convertirse en un inventor famoso.

   Johnson creció en Mobile en la época de la segregación legal y asistió a la escuela secundaria Williamson, una institución para negros, donde le dijeron que no aspirara a nada más que una carrera como técnico a pesar de su precoz inteligencia y creatividad. Sin embargo, inspirado por la historia del famoso inventor afroamericano George Washington Carver , Johnson perseveró en su sueño de convertirse en inventor. 

   Johnson representó a su escuela en una feria de ciencias de 1968 patrocinada por la Sociedad Técnica de Ingeniería Juvenil (JETS). La feria tuvo lugar en la Universidad de Alabama en Tuscaloosa, donde, apenas cinco años antes, el gobernador George Wallace había intentado impedir que dos estudiantes negros se matricularan en la escuela. Johnson, era el único estudiante negro en la feriaa, presentó un robot propulsado por aire comprimido, llamado “Linex”, que había construido minuciosamente a partir de restos de chatarra en el transcurso de un año. Para gran disgusto de los funcionarios de la universidad, Johnson ganó el primer premio. 


Johnson con su robot Linex 



    Después de graduarse en 1969, Johnson asistió al Instituto Tuskegee (hoy Universidad de Tuskegee) con una beca. Obtuvo una licenciatura en ingeniería mecánica en 1973 y, dos años más tarde, recibió una maestría en ingeniería nuclear.  Después de graduarse, Johnson se unió a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y se convirtió en un miembro importante del estamento científico de la misma. Fue asignado al Comando Aéreo Estratégico, donde ayudó a desarrollar el programa de bombarderos. 

    En 1979 Johnson pasó al Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, trabajando como ingeniero de sistemas para la misión Galileo a Júpiter y la misión Cassini a Saturno. A pesar de sus días ajetreados, Johnson siguió desarrollando sus propios inventos en su tiempo libre. Uno de sus proyectos favoritos desde hacía mucho tiempo era una bomba de calor ecológica que utilizaba agua en lugar de freón. Johnson finalmente completó un prototipo una noche de 1982 y decidió probarlo en su baño. Apuntó la boquilla hacia la bañera, tiró de la palanca y lanzó un potente chorro de agua. La reacción instantánea e instintiva de Johnson, compartida desde entonces por millones de niños de todo el mundo, fue de puro deleite. 


Johnson con su pistola de agua 


   En 1989, después de otros siete años de experimentación y de incansable campaña de ventas, durante los cuales dejó su trabajo para emprender su propio negocio, Johnson vendió su dispositivo a la Corporación Larami. El “Power Drencher” inicialmente no tuvo mucho impacto comercial, pero después de esfuerzos de marketing adicionales y un cambio de nombre, el “Super Soaker” se convirtió en un producto de gran éxito. Superó los 200 millones de dólares en ventas en 1991 y pasó a figurar anualmente entre los 20 juguetes más vendidos del mundo. Larami y Hasbro Inc., que adquirió la empresa a mediados de los años 90, ha vendido unos 200 millones de Super Soakers en sus más de 175 variantes. Se estima que las ventas rondan los mil millones de dólares. 

   Johnson con las regalías que le dio su pistola, fundó Johnson Research & Development , donde prosiguió con su inventiva. Entre sus inventos está una batería de cerámica y rulos para el pelo que se fijan sin calor, que alcanzó un éxito comercial. Otros, como un pañal que reproduce una canción infantil cuando se ensucia, no tuvieron éxito.

FUENTE: Vocalessence

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