jueves, 11 de octubre de 2012

La "Sibila de Cumas" y la entrada al inframundo


En la orilla norte de la bahía de Nápoles; no hay ninguna vegetación. Esa zona llamada " Campos Flégreos" forma parte de la caldera de un volcán, que es un gemelo del Vesubio. El volcán sigue activo, su última erupción fue en 1538, poseía un cráter que medía ocho millas, pero la mayor parte de él hoy en día está bajo el agua.

Campos Flégreos. FUENTE

La zona es en definitiva, un infierno, y no es de extrañar que en la mitología griega y romana se le asociara con toda clase de cuentos extraños. El más interesante, quizás, es la leyenda de la "Sibila de Cumas", que tomó su nombre de la cercana ciudad de Cumas, una colonia griega que data de alrededor del año 500 antes de nuestra era.

Sibila de Cumas. FUENTE

La sibila, por lo que dice la historia, fue una mujer llamada Amalthaea que se escondía en una cueva en los Campos Flegrei. Ella había sido joven y hermosa, lo suficiente como para atraer la atención del dios, Apolo , quien le ofreció un deseo a cambio de su virginidad. Señalando a un montón de polvo, Amalthaea pidió un año de vida por cada grano. Ella envejeció, pero no podía morir. Virgilio le representa escribiendo el futuro en las hojas de roble que había en la entrada de su cueva, esta cueva ocultaba una entrada al inframundo.

Se cuenta que la Sibila, visitó a Tarquino el Soberbio (Rey de Roma), ofreciéndole nueve libros proféticos que establecían el futuro de Roma. Ella se lo ofreció al rey por un precio tan enorme que él se negó. Ella quemó los tres primeros libros, y regresó, ofreciendo los seis restantes a Tarquin al mismo precio. Una vez más, el rey se negó, aunque con menos arrogancia, y la sibila quemó otros tres. La tercera vez que se acercó al rey, él pensó que era prudente acceder a sus demandas. El compró los tres libros restantes, al precio original.

Lo que hace que esta historia sea de interés para los historiadores es que hay evidencia de que tres rollos griegos, conocidos colectivamente como los "libros sibilinos", se guardaron durante cientos de años después de la época de Tarquino el Soberbio. Guardados en un cofre de piedra en una bóveda debajo del Templo de Júpiter, los rollos fueron utilizados en los momentos de crisis. Sirvieron a la República hasta que el templo se incendió en el año 83 antes de nuestra era.

A través de los años varios puntos, el más conocido de los cuales se encuentra cerca del lago del Averno, ha sido identificado como el hogar de la Sibila. Los buscadores románticos centraron su atención en el antiguo balneario romano de Bayas (Baia), que se encuentra en la bahía de Nápoles, en un lugar donde los Campos Flégreos desaparecen bajo el mar Tirreno. Hace dos mil años, Bayas fue un balneario floreciente, hoy en día, es poco más que una colección de pintorescas ruinas, pero fue allí, en la década de 1950, cuando una entrada a una cueva fue descubierta por el arqueólogo italiano Amedeo Maiuri.

Entrada a la cueva. FUENTE

El sitio llamó la atención de Robert Paget en la década de 1960. Paget no era un arqueólogo profesional. Él trabajaba en una base aérea de la OTAN en la zona, él y un colega norteamericano llamado Keith Jones empezaron a cavar el túnel. Paget quería localizar la "cueva de la sibila". Él y Jones encontraron un camino a través de la estrecha abertura y se encontraron en el interior con un túnel alto pero estrecho, de dos metros de altura, pero sólo medio metro de anchura.

Paget y Jones, trabajaban en condiciones difíciles, con un pequeño grupo de voluntarios, tardaron una década en limpiar y explorar lo que resultó ser un sistema de túneles. Su función ceremonial parece confirmarse por la existencia de un gran número de nichos para lámparas de petróleo. Pero sólo cuando profundizaron en el interior, el mayor misterio de los túneles se reveló. Allí, escondido en el fondo de un pasaje y detrás de una segunda curva en S que impedía que cualquiera que se acerque lo viese hasta el último momento, corría un arroyo subterráneo. Un pequeño "embarcadero" en las aguas sulfurosas, casi a temperatura de ebullición. El embarcadero se veía de izquierda a derecha a través del túnel y desaparecía en la oscuridad.

FUENTE

Paget concluyó que el sistema de túneles, había sido construido por sacerdotes para imitar una visita al inframundo mítico de los griegos. En esta interpretación, el río representaba al Estigia, el río que los muertos tenían que cruzar para entrar en el Hades, un barco pequeño esperaría en el embarcadero para transportar a los visitantes, al otro lado, hasta el santuario oculto, donde Paget pensaba, que había una sacerdotisa que se hacía pasar por la Sibila de Cumas. Los sacerdotes de esta manera convencían a sus clientes, ricos viajeros..., que habían viajado a través del mundo subterráneo.


Vía: Smithsonian Magazine



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