Zuzana Ruzickova sobrevivió a tres campos de concentración en la Segunda Guerra Mundial, incluyendo Auschwitz. Después fue perseguida por los comunistas en Checoslovaquia a los que también sobrevivió. No sólo eso, ella se convirtió en una de las mejores clavecinistas del mundo.
Zuzana Ruzickova nació en Checoslovaquia el 14 de enero 1927 en el seno de una próspera familia judía. En su infancia sufrió de tuberculosis. Cuando fue mejorando de su enfermedad, le pidió a sus padres un piano y alguien que le diese lecciones de piano. Al final se salió con la suya y su maestra estaba tan impresionada que la animó a ir a Francia para estudiar con los clavecinistas más importante del mundo.
En 1939, sin embargo, los nazis invadieron Checoslovaquia. No sólo no pudo estudiar en Francia, sino que tres años más tarde ella y su familia fueron deportados al campo de trabajo de Terezin. Sus abuelos y su padre murieron en el campo. La música le ayudó a sobrevivir. Ella recuerda escribir una pequeña parte de la suite n ° 5 en mi menor de Bach en un trozo de papel cuando salió de Terezin en un camión de ganado con destino a Auschwitz.
Zuzana Ruzickova en el centro junto a sus padres FUENTE
En Auschwitz, se le tatuó el 72389 en su brazo. Zuzana Ruzickova sabía que iba a ser gaseada el 6 de junio 1944, pero ella cree que la salvó el desembarco del Día D, que tuvo lugar en los albores de ese día. A continuación, soportó trabajos forzados en Alemania antes de ser enviada al campo de exterminio de Bergen-Belsen en 1945, donde contrajo la peste bubónica.
Cuando por fin regresó a Checoslovaquia con su madre gravemente enferma tenía las manos en "un estado horrible". Se le aconsejó que abandonar cualquier ambición de una carrera musical. Pero ella practicó durante 12 horas al día para recuperar el tiempo perdido.
En 1948, los comunistas tomaron el poder en Checoslovaquia, lo que provocó más de 40 años de gobierno totalitario. La familia vívia en dos habitaciones de un piso pequeño de Praga, donde era vigilada constante. Pero, contra todo pronóstico, Zuzana Ruzickova empezó a forjarse una carrera distinguida como clavecinista. Su éxito internacional llegó en 1956 cuando ganó el Concurso Internacional de Música ARD de Munich. El gobierno checoslovaco le permitió participar en concursos y conciertos en todo el mundo, porque era una lucrativa fuente de divisas para el estado.
Entre 1965 y 1975 también se convirtió en la primera persona en grabar las obras completas de Bach para clave. Dejó de actuar en público en 2006, a la edad de 79 años coincidiendo con la muerte de su marido, el compositor Viktor Kalabis.
Mirando hacia atrás en su vida tumultuosa y brillante carrera, Zuzana Ruzickova dice que no está "orgullosa" de nada. Sin embargo, ella se ríe, su mayor logro "haber sobrevivido".
Roberto Kozak es un nombre desconocido que esconde una de las grandes historias no contadas del siglo XX. Diplomáticos que conocen todos los detalles de lo que hizo durante la época de Pinochet se refieren a él como "El Schindler de América Latina". La historia de Kozak es la de un hombre que con valor utilizó su posición para salvar vidas. En los años posteriores al golpe militar de 1973 de Augusto Pinochet. Kozak y diplomáticos de otros países ayudaron a entre 25.000 y 35.000 presos políticos chilenos a escapar de su cautiverio y encontrar refugio en el extranjero.
Kozak había trabajado su posición en los círculos internos del régimen de Pinochet, la cortesía con altos mandos militares, políticos, funcionarios y miembros de la policía secreta. Las cajas de whisky importado, hicieron mucho en la negociación para liberar a los detenidos. Cuando murió en septiembre de 2015, el mundo no sabía casi nada de Kozak. Aparte de un puñado de artículos en los medios de comunicación local y un premio honorífico por parte del gobierno de Chile en 1992, no tuvo un reconocimiento más amplio.
Roberto Kozak nació el 14 de mayo de 1942, en un pueblo del noreste de Argentina. La familia de su padre había emigrado desde Ucrania en la década de 1890. La familia de Roberto se trasladó al extrarradio de Buenos Aires. Su padre sólo podía encontrar trabajos ocasionales, por lo que el dinero escaseaba.
A los nueve años, Kozak comenzó a trabajar en una librería a la salida de clases. El propietario dejaba a Roberto leer libros cuando no había clientes, y el niño pronto se convirtió en un ávido lector. En su adolescencia Kozak combina el trabajo en la librería con sus estudios de Ingeniería civil en la Universidad de Buenos Aires. Después de su graduación, trabajó en varios trabajos técnicos.
Un día en 1968, Kozak vio un anuncio en el periódico para una vacante en la oficina argentina de la ICEM. La ICEM se creó en 1951 para ayudar a las personas desplazadas por la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día es la Organización Internacional para las Migraciones. En 1970 Kozak comenzó a prepararse, pasó seis meses en Alemania y otros dos en Londres aprendiendo inglés. Trabajó en la oficina de Ginebra de la ICEM durante dos años en programas de migración de América Latina, antes de aceptar un puesto en Chile.
Llegó a Santiago de Chile en mayo de 1972. El vislumbró un golpe de Estado. Había escasez de alimentos, huelgas y cada vez más señales de malestar en el ejército. Contactos diplomáticos de Kozak le confirmaron que los EE.UU. estaban utilizando en secreto a la CIA para debilitar al gobierno. El golpe comenzó a las 7 de la mañana del 11 de septiembre de 1973. Por la tarde, el palacio presidencial fue asaltado, Allende asesinado y la junta militar de Pinochet se había hecho con el poder.
Inmediatamente, la policía militar y secreta comenzó las detenciones. Comunistas, socialistas, estudiantes, periodistas, sacerdotes, músicos... Cualquier conexión con la izquierda chilena o la sospecha de haber participado en una oposición organizada al golpe se tomó como motivos de detención. Escuadrones de la muerte compuestos por militares fuertemente armados viajaban por el norte de Chile, deteniendo a los aldeanos y dejando tras de sí un rastro de cadáveres. Entre 1973 y 1978, cerca de 70.000 personas fueron detenidas, de las cuales se estima que 30.000 fueron torturadas y más de tres mil asesinadas.
Desde los primeros días del golpe, Kozak supo que tenía que hacer algo y la ICEM iba a ser el medio para conseguirlo. Uno de los primeros movimientos de Kozak fue establecer relaciones de trabajo estrechas con otros diplomáticos extranjeros. Uno de ellos fue el embajador sueco Harald Edelstam. Durante la Segunda Guerra Mundial, Edelstam había ayudado a escapar a los judíos de Noruega a Suecia. Ahora su misión estaba en Chile.
Edelstam fue al rescate de cientos de diplomáticos cubanos partidarios de Allende atrapados dentro de la embajada de Cuba en Santiago, que estaba bajo el fuego de tanques y tropas chilenas que se disponían a asaltar el edificio. Con tan solo una bandera sueca, Edelstam fue a la embajada y ayudó a negociar la situación de los 147 diplomáticos cubanos. Después de haber puesto a salvo a los diplomáticos cubanos de la Embajada, Edelstam volvió a la misma a pecnoctar esa noche, con el fin de proteger a los chilenos que allí se escondían buscados por el régimen. Antes de finales de 1973, Edelstam fue declarado persona non grata y expulsado de Chile. La embajada italiana fue también un santuario para 750 personas que huían de la persecución.
Kozak trabajó con otros diplomáticos y organizaciones católicas de derechos humanos, como la Vicaría de la Solidaridad, para compartir listas de personas detenidas por el régimen. Juntos, Kozak, los diplomáticos y la Vicaría se convirtieron rápidamente en el punto de contacto para los familiares angustiados por sus desaparecidos. Kozak visitó centros de detención para localizar a detenidos, pero siempre fue excluido de aquellos en los que los interrogatorios y la tortura eran más brutales.
Kozak tenía como misión hacerse amigo de figuras de alto rango en el régimen de Pinochet y ganarlos con el fin de asegurar la liberación de los detenidos. Una vez que un detenido había sido puesto en libertad, Kozak tenía que organizar su salida a refugios seguros en el extranjero, persuadiendo a las embajadas extranjeras la concesión de la visa. La primera etapa de este proceso a veces involucraba al propio Kozak que iba a recoger al prisionero liberado al centro de detención. Esto tenía que hacerse para evitar que fuera recapturado al instante o "desaparecido". Kozak los refugiaba en su oficina o en su casa mientras que aseguraba su salida de Chile.
Kozak también tuvo que escoltar a los detenidos liberados hasta el aeropuerto, que estaba controlado por la policía secreta chilena. Siempre que era posible, caminaba con ellos hasta la puerta del avión. En 1979, ayudó a José Zalaquett uno de los abogados más conocidos de Derechos Humanos a huír a Francia, lo acompañó hasta el aeropuerto y le introdujo doscientos dólares en el bolsillo.
Manuel Contreras, el jefe de la policía secreta chilena, tenía una aversión especial contra él. Por lo que su inmunidad diplomática la llevaba con mucho tacto. Una de las claves del éxito de Kozak para asegurar la liberación de tantos prisioneros eran sus reuniones nocturnas en su casa en el elegante barrio de La Reina de Santiago. Noche tras noche, Kozak invitaba a altos mandos de la policía secreta, generales del ejército y diplomáticos extranjeros a los que obsequiaba con whisky y cócteles. A medida que fluían las bebidas, obtenía firmas para la liberación de detenidos. Los conductores de la ICEM llegaban por la mañana con los ojos hinchados, después de trabajar toda la noche como camareros en las fiestas de Kozak.
Kozak llevaba una doble vida. Mientras entretenía a sus invitados en las fiestas, en la habitación de arriba de su casa, escondía a refugiados. En pocos años, los contactos de Kozak en la Junta militar llegaron a la cima. Un cable desclasificado de la embajada de Estados Unidos en Santiago en abril de 1978 detalla una reunión entre Kozak y el propio Pinochet.
Los dos hombres fueron detenidos por la policía secreta en 1974. Kozak ayudó a negociar su liberación en septiembre de 1975, pero sus intentos de obtener visas para ellos a Francia no se pudieron conseguir por retrasos burocráticos. En noviembre, los dos hombres fueron recapturados por la policía secreta. Una mañana, de diciembre a Kozak se le informó que habían sido encontrados muertos, con señales de tortura.
El más famoso de los centros de detención del régimen de Pinochet fue la Villa Grimaldi, una propiedad remota en las afueras de Santiago, que habían sido tomadas por la policía secreta - la Dirección de Inteligencia Nacional (Dina). El centro era dirigido por el mayor Marcelo Moren Brito, ex oficial del ejército que se había unido a la policía secreta después del golpe y se convirtió en uno de sus interrogadores más implacables. Cerca de 4.500 personas fueron detenidas en Villa Grimaldi. La mayoría de ellos fueron torturados. Alrededor de 200 murieron.
Entre los interrogados estuvo Michelle Bachelet, quien ahora es presidenta de Chile, que fue detenida junto a su madre. Ella fue puesta en libertad antes de que su madre. Una vez fuera, se puso en contacto con Kozak. Kozak fue a la embajada de Australia para pedir una visa para Bachelet y su madre, y en mayo de 1975 las acompañó al aeropuerto para su vuelo al exilio.
Kozak se puede ver en muchas fotografías de los años más oscuros del régimen de Pinochet. Una de las más conocidas es la de la médico británica Sheila Cassidy, que lo fotografió en el aeropuerto de Santiago. Cassidy, había sido detenida en noviembre de 1975 por curar a un activista de izquierda que sufría una herida de bala. Ella creía que la presión del cónsul británico Derek Fernyhough, consiguió su liberación. Cuando llegó al aeropuerto de Santiago, conoció a Kozak por primera vez y sospechó que podría ser un agente de la DINA. Una fotografía de ellos en la pista dio la vuelta al mundo. Cassidy, no supo hasta mucho después que Kozak había sido el responsable de su liberación.
Un cable de la embajada de Estados Unidos en Santiago muestra la magnitud de la labor humanitaria de Kozak. La comunicación, de fecha 20 de abril de 1975, estima que su oficina era responsable de mover entre 400-600 ex detenidos cada mes.
Kozak salió de Chile en 1979 para volver a Ginebra como jefe del departamento de la ICEM responsable de la migración en América Latina. En ese momento, según cables de Estados Unidos, sólo 79 presos políticos permanecían detenidos. La Junta Militar había acordado acelerar las liberaciones si Kozak estaba dispuesto a firmar una declaración en el sentido de que ya no había ningún detenido político. Kozak lo hizo.
Kozak regresó a Chile en 1984 y al año siguiente ya ayudaba a traer de vuelta a las personas que habían huido de Chile durante la represión de Pinochet. Cuando, el 8 de septiembre de 1986, los miembros de un grupo guerrillero marxista emboscaron la caravana de Pinochet en un intento de asesinar al dictador, la línea dura del ejército actuó. El hecho de que existía una relación directa entre la ICEM y algunos individuos acusados de participar en el complot contra la vida de Pinochet fue un gran problema para Kozak. La oficina de la ICEM fue allanada y Kozak encañonado.
Kozak salió de Chile en 1991, el año después de la caída del régimen de Pinochet, para establecer una rama de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Moscú. En 1994, se trasladó de nuevo a Ginebra como jefe de personal de la OIM. Diez años más tarde, cuando finalmente se retiró, se instaló en Chile. En 1992, Chile adjudicó a Kozak su más alto honor, la Orden de Bernardo O'Higgins. Kozak murió en Septiembre de 2015.
Después de la invasión soviética de Polonia al inicio de la Segunda Guerra Mundial, fruto del pacto nazi-soviético, la URSS adquirió más de la mitad del territorio de Polonia. En cuestión de meses, la NKVD soviética deportó entre 320.000 y 1 millón de ciudadanos polacos a los Urales y Siberia. La deportación se hizo a bordo de trenes de carga entre 1940 y 1941.
Pero su destino cambió por completo en junio de 1941, cuando Alemania atacó a la Unión Soviética. En la necesidad de encontrar la mayor cantidad de aliados posibles, los soviéticos accedieron a liberar a los ciudadanos polacos que tenía en cautiverio. Liberó en agosto de 1941 de la prisión de Lubianka en Moscú, al general polaco Wladyslaw Anders que comenzó a movilizar a las fuerzas armadas polacas en el Este, comúnmente conocidas como el Ejército de Anders.La formación del nuevo ejército polaco no fue fácil. Muchos de los prisioneros de guerra polacos habían muerto en los campos de trabajo, otros de los que sobrevivieron estaban muy débiles.
Después de la invasión anglo-soviética de Irán en 1941, los soviéticos accedieron a evacuar a los polacos detenidos a Irán, a través del Mar Caspio. La ciudad portuaria de Pahlevi (ahora conocida como Anzali) se convirtió en el principal punto de llegada de refugiados polacos, unos 2.500 por día. Anders evacuó a 74.000 soldados polacos y 41.000 civiles, muchos de ellos niños. El gobierno iraní facilitó su entrada en el país y les suministró, escuelas polacas, organizaciones culturales y educativas, tiendas, panaderías, empresas y prensa para que los polacos se sintieran más a gusto.
Mujer polaca decora su tienda en Irán con el águila del escudo nacional polaco FUENTE
Los refugiados debilitados por dos años de malos tratos y hambre, sufrían muchas enfermedades. Desesperados por la escasez de alimentos que habían padecido, los refugiados comieron todo lo que podían, lo que tuvo consecuencias desastrosas. Varios cientos de polacos, en su mayoría niños, murieron poco después de llegar a Irán de disentería aguda causada por comer en exceso.
Mujeres polacas en Teherán hacen su propia ropa FUENTE
Miles de los niños que vinieron a Irán provenían de orfanatos de la Unión Soviética, la mayoría de ellos fueron envíados a orfanatos en Isfahan, que tenía un clima agradable y abundantes recursos, lo que permitió a los niños recuperarse de los orfanatos soviéticos. Entre 1942-1945, aproximadamente 2.000 niños pasaron por Isfahan, tantos que fue llamada la "Ciudad de los Niños polacos".
El paso de los polacos por Irán se ha desvanecido, pero los polacos se llevaron con ellos un recuerdo duradero de la libertad y la amabilidad, con la que fueron tratados. Un cruel giro del destino, se selló en Teherán en 1943. En noviembre de ese año, los líderes de Rusia, Gran Bretaña y los EE.UU. se reunieron en la capital iraní para decidir el destino de la Europa de la posguerra. Durante sus discusiones, se decidió asignar Polonia a la zona de influencia de la Unión Soviética después de la guerra.
Bueno y otra vez un clásico de este blog, fotografías con un valor histórico tanto por su contenido, como por la época donde fueron hechas o por el momento que retratan. Aquí os voy a dejar otras cuántas si os gustan ya sabéis hay diecisiete entradas más.
Niños alemanes juegan con una cometa hecha con dinero sin valor en la hiperinflación de 1923 FUENTE
Strippers juegan al ajedrez en un club nocturno de New York 1958 FUENTE
Niños en Berlín reciben su ración de gachas proporcionadas por el Ejército Británico 1945 FUENTE
Menorá judío en una ventana junto al cuartel general nazi de Kiel 1931 FUENTE
Ariel Sharon disfrutando con una bailarina egipcia en Alejandria 1979 FUENTE
Fidel Castro sostiene un periódico donde hablan sobre un intento de asesinato contra su persona en 1959 FUENTE
Cartel erigido por las fuerzas británicas en el campo de exterminio de Bergen-Belsen 1945 FUENTE
Papa Noel con los niños durante la Guerra de los Balcanes en Vukovar (Croacia) 1992 FUENTE
Dos astronautas durmiendo en el espacio (Challenger) 1983 FUENTE
Oppenheimer y Einstein en la Universidad de Princenton 1947 FUENTE
Hoy damos por sentado que podemos llevar la música con nosotros donde quiera que vayamos. Pero eso, obviamente, no fue siempre así. Un ejemplo de esto lo tenéis en la foto inferior. Se trata de un receptor de radio portátil de 1938. El último grito en Francia.
La miniaturización de la radio sucedió a un ritmo rápido en la década de 1920. Digamos que la siempre ha sido relativa y en aquella época era decente para los tiempos que corrían.
Durante la Guerra Fría hubo numerosos accidentes de submarinos, especialmente en el lado soviético. La URSS trataba de mantener su gran fuerza militar, con una precaría economía. Las tripulaciones de los submarinos soviéticos a menudo pagaban con sus vidas la carrera militar. Pero sólo un submarino tuvo la mala suerte de hundirse dos veces.
La clase Charlie/SSGN (Proyecto 670) era la tercera clase de submarinos de misiles de crucero-(SSG) desplegados por la Unión Soviética, y la segunda en utilizar la propulsión nuclear (SSGN). Los misiles de crucero de la época carecían de mecanismos de orientación sofisticados. Diseñado en la década de 1960, el primer submarino Charlie entró en servicio a finales de 1967. Desplazaba 4900 toneladas y alcanzaba una velocidad de 24 nudos, llevaban el misil P-70, un misil subsónico, que podría llevar una cabeza convencional o una nuclear de doscientos kilotones.
Décimo en su subclase, el K-429 entró en servicio en septiembre de 1972. Se unió a la Flota del Pacífico, con base en Petropavlovsk. A principios de 1983, que entró en el puerto para una reparación. En la primavera de 1983, las tensiones entre los Estados Unidos y la Unión Soviética eran muy tensas. Debido a estas tensiones, se ordenó al K-429 hacerse a la mar antes de la finalización de su reacondicionamiento. La tripulación del submarino estaba de permiso y el capitán del barco Nikolai Suvorov tuvo que zarpar (bajo protesta) con un equipo de marineros de varios submarinos diferentes. Pocos de los hombres a bordo del K-429 tenían algún conocimiento de los sistemas del submarino.
El desastre que siguió fue totalmente predecible. Suvorov no estaba al tanto de que en el proceso de reforma de la nave se había bloqueado el sistema de ventilación abierta. La instrumentación en el barco no estaba configurada correctamente. El capitán ordenó una inmersión de prueba, que se tradujo en un descenso muy rápido debido a malentendidos sobre los tanques de lastre. En ese momento, un compartimiento de la embarcación se empezó a inundar rápidamente. Los procedimientos de respuesta fueron lentos debido a la inexperiencia de la tripulación, y catorce marineros murieron. El submarino se hundió a una profundidad de 160 pies.
El Capitán Suvorov esperaba que el descenso del submarino se hubiese visto en la base naval, pero después de varias horas empezó a preocuparse. No ayudó que la temperatura en algunas partes del submarino habían alcanzado los 120 grados, o que una de las baterías principales de la embarcación explotó. Pidió voluntarios para nadar a la superficie, e informar sobre la difícil situación de la embarcación a la base. Dos marineros salieron a través del compartimiento de torpedos, nadaron hacia tierra, y fueron detenidos bajo sospecha de espionaje. Varias horas más tarde llegó un contingente de rescate; buzos entraron en el barco, con numerosos aparatos de buceo, y el resto de los hombres logró salvarse.
Tres meses más tarde, Suvorov y uno de sus jefes de compartimentos fueron detenidos, juzgados y condenados por violación de las normas de la flota. Suvorov recibió una sentencia de diez año, de los cuales cumplió tres. Dieciséis hombres murieron en el incidente. La opinión pública rusa sólo tuvo conocimiento del accidente en la década de 1990, la tripulación original del K-429 sólo descubrió eñ suceso cuando regresaron de sus permisos a puerto y ya no había submarino.
El K-429 no había sufrido daños irreparables; fue puesto a flote, reparado y devuelto al servicio. Su segunda vida fue breve. En septiembre de 1985, el barco se hundió en el muelle con la pérdida de un miembro de la tripulación. Las causas de la segunda hundimiento siguen siendo oscuras. El K-429 otra vez fue reflotado, pero no volvió a la mar; sirvió de casco de entrenamiento hasta que fue desguazado, en la década de 1990.
En la I Guerra Mundial se empezaron a utilizar armas químicas en el campo de batalla. Fue el ejército francés el que abrió la veda, utilizando gases lacrimógenos en pequeñas granadas. Estas pequeñas granadas no tenían mucho gas lacrimógeno y no se había detectado su contenido por las tropas alemanas. Después de este diseño el uso de armas químicas se expandió a otros gases y agentes tales como el gas mostaza, fosgeno, cloro...
Tropas británicas cegadas por el gas en la batalla de Estaires 1918 FUENTE
Hubo tres tipos de gases que fueron los más utilizados en la Primera Guerra Mundial:
- Los gases asfixiantes, principalmente el gas mostaza. El gas mostaza es particularmente peligroso, ya que puede tardar varias horas en aparecer. Los soldados que eran quemados por este gas veían como se formaban grandes ampollas donde la sustancia química les había caído. Las ampollas se llenaban de sangre y pus, y se ponían amarillas. Si el cuerpo de un soldado era quemado en más de un 50%, la posibilidad de supervivencia era muy pequeña. Cuando se inhalaba el gas mostaza causaba quemaduras y ampollas internas que llevaban a graves problemas respiratorios.
- Gases Estornutatorios tales como el fosgeno, cloro y difosgeno. Estos gases causaban dolor en el pecho, así como en los ojos y la nariz. También podrían provocar asfixia, náuseas, vómitos, tos y estornudos.
- Gases lacrimógenos. El gas lacrimógeno causaba irritación en la garganta y los ojos. El gas era más una molestia que un arma de destrucción y era prácticamente ineficaz protegiéndose con una máscara de gas.
Como dijimos antes los franceses fueron los primeros en emplear armas químicas, gases lacrimógenos en agosto de 1914. El gas se llenó en granadas de 26 mm con una cantidad muy baja de gases lacrimógenos, lo que le hizo imperceptible al enemigo (ejército alemán). Debido a esto, el ingrediente activo se cambió. Se cambió el bromo de las primeras granadas a cloroacetona en la segunda ola de granadas que utilizaron las tropas francesas. Esto hizo que el gas fuese un poco más fuerte.
En 1915, los alemanes fueron los primeros en utilizar las armas químicas en un ataque a gran escala. En enero de 1915, lanzaron 18.000 proyectiles químicos, cargados con bromuro de xililo, en las líneas rusas cerca del río Rawka, al oeste de Varsovia. Este ataque fue un fracaso, pues la carga química se congeló en lugar de vaporizarse. Los alemanes obtuvieron mejores resultados sólo unos meses después. El científico alemán Fritz Haber, que había supervisado la producción de cloro para armas químicas, presionó para que el producto se utilizara en la guerra.
El cloro de Haber sería utilizado por primera vez el 22 de abril de 1915. El gas se expandió desde 5.730 cilindros que se alineaban en una carretera al norte de Ypres en Bélgica. El gas comenzó a extenderse. A causa del viento, tanto los alemanes como las tropas aliadas se vieron afectada por el gas venenoso. El éxito de Haber en el uso del cloro como arma química le valió el sobrenombre de "Padre de la guerra química".
En la segunda batalla de Ypres, el 2 de mayo de 1915 se utilizó de nuevo el cloro de Haber, contra los británicos, en la Colina 60. El gas mató a más de 90 hombres. Tras esto, los británicos, comenzaron a desarrollar sus propias armas químicas. Su primer intento con armas químicas ocurrió en la batalla de Loos, fue un fiasco. Debido a los vientos, el gas no pasó nunca de la tierra de nadie, y parte del gas llegó a las trincheras británicas. Para colmo de males, las máscaras de gas británicas fueron mal diseñadas, un auténtico fracaso.
En agosto de 1915, las fuerzas alemanas utilizaron gas contra las tropas rusas que defendían la fortaleza de Osowiec. El ataque fue tan demoledor que los rusos comenzaron con la investigación y desarrollo de armas químicas.
A finales de 1915 para sustituir al cloro que era fácil de detectar, pues producía una nube verde y un olor característico, los franceses desarrollaron el fosgeno. El gas atacaba los pulmones, produciendo desde tos a asfixia. El fosgeno no olía y no producía una nube. Esto lo había indetectable, y más peligroso. De las armas químicas utilizadas en la Primera Guerra Mundial fue la que más bajas causó. El 80-85% de todas las muertes por armas químicas en la Primera Guerra Mundial, llevaban su nombre.
Pero tal vez el arma química más temida era el gas mostaza. Fue desarrollado por los alemanes y se introdujo en la guerra en julio de 1917. Debido a que se utilizaba en conchas, una vez desplegado se podía introducir en el suelo y permanecer allí durante varias semanas. Cualquier persona que atravesaba la zona podía contaminarse. El gas mostaza sólo representaba el 5% de las muertes por armas químicas en la Primera Guerra Mundial, pero las quemaduras que causaba en sus víctimas eran horribles.
Se produjeron más de 190.000 toneladas de armas químicas durante la Primera Guerra Mundial. Hubo más de un millón de víctimas debido a las sustancias químicas durante la guerra, de ellos 90 mil murieron.
La Revolución húngara de 1956 fue un movimiento revolucionario espontáneo contra el gobierno de la República Popular de Hungría y sus políticas impuestas desde la Unión Soviética, que duró desde el 23 de octubre hasta el 10 de noviembre de 1956.
John Sadovy fue enviado a Budapest por la revista LIFE y fotografió los comienzos de la revolución. Tomó fotografías que revelaron la cruel realidad del estado húngaro controlado por los soviéticos, esto le valió el premio medalla de oro Robert Capa.
Aquí os dejo algunas de estas maravillosas instantáneas de la historia.
Toma de los edificios gubernamentales por los rebeldes FUENTE
Miembros de la odiada inteligencia húngara (AHV) son detenidos FUENTE
Coronel Pal Maleter se pasa al bando rebelde tras ordenarle que tome cinco tanques y les ataque. Ejecutado el 16 de junio de 1958 FUENTE
Rebelde con un cóctel molotov esperando la acción FUENTE
Mujer acusada de colaborar con el AHV es atacada en la calle FUENTE
Miembros de las fuerzas de seguridad húngara instantes antes de ser fusilados FUENTE
Entre las diversas revoluciones que sacudieron Francia en el siglo XIX, no debemos descuidar la que tuvo lugar en 1852 cuando el joven comerciante Aristide Boucicaut unió su tienda con las de los hermanos Videaux y creó "La Bon Marché". Fue el primer paso hacia la invención de los grandes almacenes, y con ello, la explosión de la cultura de. consumo.
Boucicaut pensó que si albergarse tantos productos como fuesen posible bajo un mismo techo, los consumidores podrían ir a la misma tienda para todas sus compras. Con la "Grand Magasin", ("Tienda grande"), los consumidores comenzaron a adquirir no sólo lo que habían ido a buscar a la tienda, sino también lo que le llamaba la atención durante la compra.
Artículos estratégicamente colocados atraían a los compradores. Había nacido la compra por impulso. Boucicaut compraba a granel y reducía los precios para frustrar a sus competidores. Los márgenes de ganancias se dispararon. Los clientes por primera vez podían tocar las prendas prêt-à-porter. Los compradores no estaban sujetos a precios que fluctuaban por el capricho del vendedor. Las etiquetas con los precios estaban a la vista, y el precio fijado era un precio para todos.
Emile Zola lo llamo la " Democratización del lujo". Para Zola la tienda de Boucicaut era una especie de revolución. Si todo el mundo podía comprar el mismo vestido, ¿cómo se iba notar la diferencia entre la alta burguesía y una cortesana de lujo. Cualquier persona con suficiente dinero podría comprar lo que quisiera.
Con el tiempo Boucicaut tuvo cerca de dos mil empleados y facturaba más de setenta millones de francos al año de la época. En la década de 1860, contrató al equipo de Gustave Eiffel para parte de su estructura que tardó casi quince años en completarse. No es de extrañar que Zola describió la tienda como una catedral, un monstruo con vida propia.
Boucicaut tuvo una gran visión para los negocios. Enormes rebajas, juegos para los niños para mantenerlos distraídos mientras que las madres gastaban su dinero. Publicidad, cupones de descuentos... También lanzó el primer catálogo de venta por correo con miles de copias en varios idiomas para que, se pudiese comprar desde cualquier parte del mundo.
Una señal del éxito de Boucicaut era que su competencia, Jules Jaluzot en 1865 abrió "Le Printemps". La magnífica estructura de la tienda con una cúpula de vidrios de colores, invitó a enormes multitudes a visitarla. Jaluzot otro tipo ingenioso como Boucicaut, el primer día de la primavera, ofrecía un ramo de violetas a las mujeres que visitaban la tienda, junto al ramo es obvio que se llevaban varios productos.
Cuando esté es unos grandes almacenes debes recordar que la cultura del consumidor moderno, comenzó en París en el siglo XIX.