sábado, 31 de agosto de 2019

Paul von Lettow-Vorbeck: El León de África


La I Guerra Mundial trajo la aparición de Caudillos Legendarios. Héroes, que usaban su ingenio, su carisma y su audacia para imponerse a sus enemigos. El más famoso de estos héroes fue sin duda el británico Lawrence de Arabia, pero es poco conocido que los alemanes también tuvieron su héroe legendario en la figura de Paul von Lettow-Vorbeck, quien desató con sus soldados indígenas “Askaris”, una exitosa guerra de guerrillas en África contra el enormemente superior ejercito británico, resistiendo hasta el fin de la Guerra y causando numerosas humillaciones a sus enemigos.

Paul Emil von Lettow-Vorbeck  en 1904  FUENTE

Paul Emil von Lettow-Vorbeck nació en 1870 en Saarlouis, ciudad fronteriza con Francia que en la época pertenecía a Prusia. Saarlouis era también un puesto militar fronterizo al cual estaba asignado su padre; un oficial del ejército que pertenecía a la pequeña nobleza de Pomerania. Paul pasó su juventud en escuelas de Berlín y cuando tuvo la edad necesaria pudo cumplir su sueño de emular a su padre, ingresando en al Academia de Oficiales de Potsdam, Berlín, en la cual se graduó como Teniente en 1890. En 1900, Paul von Lettow-Vorbeck fue destinado a participar en la fuerza expedicionaria internacional que acudía a China para sofocar la “Rebelión de los Bóxers” y “salvaguardar” los intereses Occidentales.

Tras el éxito de la expedición a China, Paul von Lettow-Vorbeck fue enviado a la colonia alemana de África Oriental Alemana. Alemania había llegado tarde al reparto colonial, solo consiguió unas cuantas poseciones de segundo orden, que en cuanto comenzó la guerra, quedaron a merced del enemigo. La única colonia que resistió hasta el final fue la defendida por Paul Emil von Lettow-Vorbeck.

El 4 de noviembre de 1914, un contingente inglés reforzado con tropas coloniales indias intentan conquistar la colonia alemana. Desembarcaron cerca de Tanga un pueblo perdido entre marismas palúdicas. Los alemanes son pocos pero cuentan con la ayuda de los áskaris de la tribu wahehe. De pronto una nube negra brota de los pantanos, un enjambre de abejas alboratadas por el tiroteo, se ensaña con los indios, que huyen en todas direcciones. Muchos se ahogan en los pantanos, otros caen en manos de los áskaris y son masacrados. . La operación británica resulta un fracaso y lo peor es que deja en manos de los alemanes toneladas de armas y munición con los que Von Lettow restiste hasta el final de la guerra.

Batalla de Tanga  FUENTE


El Léón de África, como llaman a von Lettow resistirá hasta diez días después de la rendición oficial de Alemania. Tras ser repatriado por las autoridades británicas, Von Lettow-Vorbeck regresó a Alemania en enero de 1919, siendo aclamado como un héroe por la población civil, para la cual, sus gestas en África habían sido motivo de alegría y esperanza durante los peores meses de la guerra. El ejército de Von Lettow había sido el único ejército alemán que no había sido derrotado en el campo de batalla y por ello, el Káiser decidió recompensar sus servició en el último edicto que promulgó antes de su deposición. Mediante este edicto, se ascendía a Von Lettow al grado de general y se le concedía la mas alta condecoración alemana de la época: la Medalla Pour le Mérite, o “Max Azul”.


Áskaris entrenando  FUENTE

Durante la dura postguerra, Von Lettow se mostró en contra de la política liberal de la República de Weimar, defendiendo siempre las políticas más conservadoras y monárquicas, y ayudando a reprimir las revueltas comunistas de la época. Esta mentalidad, hizo pensar a los nazis que podrían atraérselo a su partido para ganar así más popularidad, ya que Von Lettow era un personaje muy celebre y querido en todas las clases sociales alemanas. Pero fiel a su carácter, Von Lettow mando al infierno a Hitler, (literalmente le dijo: “vete al infierno”).

Por su negativa a ingresar en el partido nazi, Von Lettow fue alejado del reconstruido ejército alemán o Wehrmacht y mantenido al margen como un simple “General para Asuntos Especiales”, o sea, para calentar la silla de un despacho y dedicarse a actos protocolarios, con lo cual no participó activamente durante la Segunda Guerra Mundial.

Murió en Hamburgo en 1964. Con la muerte de Von Lettow desaparecía el último guerrero legendario del siglo XX, al igual que a Lawrence de Arabia, la paz fue para ellos peor que la guerra. Su sitio estaba en los campos de batalla, donde el enemigo venia de frente y no en la paz, en la cual acechaba desde cualquier esquina política.

Vía: La I Guerra Mundial contada para escépticos, Senderos de la Historia





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