martes, 23 de julio de 2024

Una solución a la calvicie de la Edad Media

   La abadesa alemana Hildegard de Bingen fue una erudita, mística, compositora y experta médica. En la década de 1150, escribió: "El libro de las complejidades de las diversas naturalezas de las criaturas", que se centraba en la ciencia y la medicina y abarcaba temas que iban desde la creación del mundo hasta el mantenimiento de la buena salud. 


Hildegard de Bingen 


   La obra de Hildegard incluye referencias a la calvicie. En una sección, explica por qué los hombres pierden pelo en la cabeza, relacionándolo con las ideas medievales sobre el equilibrio del cuerpo entre los estados de calor, frío, humedad y sequedad. 

   Hildegard ofrece un tratamiento para prevenir la calvicie, utilizando trigo y grasa de oso. "Cuando a un joven se le empieza a caer el pelo, se coge grasa de oso, un poco de ceniza de paja de trigo, se mezcla todo y se le unge con ella toda la cabeza, especialmente las zonas donde se le empieza a caer el pelo. Después, no se debe lavar el ungüento durante mucho tiempo. El cabello que aún no se ha caído se humedecerá y fortalecerá con este ungüento para que no se caiga durante mucho tiempo. Que repita esto a menudo y no se lave la cabeza. Porque el calor de la grasa de oso tiene la propiedad de hacer que crezca mucho cabello. Y las cenizas de la paja de trigo fortalece el cabello."

   No sé si sería efectivo, pero parece bastante asqueroso. Por cierto a Hildegard también le debemos un gran descubrimiento, la utilización del lúpulo en la fabricación de la cerveza. Pero eso es otra historia. 


FUENTE: Mediavalist 

miércoles, 17 de julio de 2024

El hombre que tuvo un ataque de hipo que duró 68 años


   Cuando de repente te da un ataque de hipo, puedes sentir que dura para siempre. Y para un hombre, ¡casi fue así! Charles Osborne (1894-1991) fue víctima del ataque de hipo más prolongado que se conoce, duró 68 años, de 1922 a 1990.


Charles Osborne 1 


   Charles, que trabajaba como granjero, estaba intentando pesar un cerdo colgándolo, resbaló se cayó y empezó a tener hipo era 1922. Su doctor, Terence Anthoney, creía que cuando Charles se cayó, destruyó una pequeña zona de su cerebro que habría inhibido su respuesta al hipo. Intentó una y otra vez encontrar una cura para esta molesta función corporal y no fue hasta el último año de su vida cuando logró ese ansiado respiro. A pesar de este factor bastante frustrante de su vida, logró llevar una vida casi normal. Se casó dos veces y tuvo ocho hijos. 

   Charles sufría de 20 a 40 espasmos involuntarios del diafragma por minuto. En total, tuvo hipo aproximadamente 430 millones de veces antes de su muerte en mayo de 1991 a los 97 años. Lo peor es que tenía también hipo por la noche, lo que arruinaba su sueño. Muchos médicos intentaron ayudar a Charles con su problema, y ​​en el proceso tomaron algunas medidas bastante extremas. Se dice que un médico "curó" el hipo de Charles administrándole monóxido de carbono y oxígeno, lo que habría sido estupendo si hubiera podido respirar ese gas venenoso sin morir. 


Charles Osborne 2

   Aunque no podía detener el hipo, Charles dijo que aprendió a respirar entre hipos para minimizar el sonido. Recibió alrededor de 4.000 cartas de personas que habían oído historias sobre su caso. Muchas de ellas ofrecían consejos y remedios caseros que les habían funcionado, pero ninguna de ellas funcionó. Sus amigos también hicieron lo imposible por asustarlo para que dejara de tener hipo, y una vez uno de ellos disparó una escopeta justo detrás de él. Charles dijo:  "Me asustó un poco, pero no me quitó el hipo",

FUENTE: Vintag 

martes, 9 de julio de 2024

Convirtiendo bacon en bombas

 

   Resulta que la grasa del bacon no solo sirve para llenar la panza, sino que también es muy buena para fabricar bombas. Y durante la Segunda Guerra Mundial, entregar grasa de cocinar al gobierno era cumplir con el deber patriótico. 





   El Comité Estadounidense de Salvamento de Grasa se creó para instar a las amas de casa a que guardaran toda la grasa sobrante que se generaba al cocinar y la donaran al ejército para producir explosivos. Como le explicó Minnie Mouse a Pluto en un video de la época de la guerra , las grasas se utilizan para fabricar glicerina, y la glicerina se utiliza para hacer que las cosas exploten.


   

  Se suponía que medio kilo de grasa contenía suficiente glicerina para fabricar 50 gramos de explosivos. 

  Dejando a un lado el patriotismo, muchas amas de casa estadounidenses no se sintieron atraídas por el mensaje, en aquella época era difícil conseguir grasa para cocinar. A pesar de esto, la mitad de las amas de casa del país, se sumaron al proyecto.

  Las amas de casa tenían que colar las grasas sobrantes (nada de trocitos de tocino en las bombas) y guardarlas en una “lata de boca ancha”. Una vez que se recogía, la grasa debía entregarse a cualquiera de los 250.000 carniceros y comerciantes minoristas de carne participantes o a las 4.000 plantas de alimentos que luego entregarían la grasa al ejército. El donante recibía 8 centavos por kilos de grasa.

  Unos mil millones de kilos de grasa de desecho se recolectaron en un año, sin embargo la mayor parte de la grasa acabó siendo desechada para su uso militar.

jueves, 4 de julio de 2024

1519: Manchegos contra suizos

   En el año 1519, con ocasión de la Guerra de las Comunidades, entre las tropas que el emperador Carlos I destinó a La Mancha, había una compañía de suizos tan brutal e indisciplinada que sólo vivía del robo y del saqueo. Muchos pueblos fueron víctimas del saqueo entre ellos La Osa, del que no dejaron sino ruinas. Los vecinos de Socuéllamos recibieron noticias de que se dirigían hacía allí y lejos de huir se prepararon para la lucha. 

  Los habitantes de Socuéllamos tenían valor pero no disponían de armamento adecuado, ni disciplina, ni dirección. El combate se sostuvo durante un largo período, gracias al heroísmo de los socuéllaminos. Al fin tuvieron que sucumbir ante una tropa profesional y bien armada. Dejando en el pueblo doce cadáveres y numerosos heridos.

   Si los pueblos de la zona que recibían a los suizos con banderas blancas eran tratados con crueldad, la venganza atroz siguió a la victoria suiza contra el pueblo que se les había enfrentado. El robo, el incendio y el saqueo se prolongó sobre Socuéllamos durante varios días. 

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