viernes, 25 de mayo de 2018

Cuando los niños canadienses se pusieron en huelga


Corría el año 1947. La Segunda Guerra Mundial había llegado a su fin, y las naciones de todo el mundo se estaban reconstruyendo. Para Canadá, eso significó un retorno al capitalismo de libre mercado después de años de una economía de guerra. En busca de recuperarse de casi una década de estrechos márgenes de ganancias, las compañías comenzaron a aumentar el precio de todo, desde verduras hasta automóviles, lo que hizo que la inflación subiese como la espuma.

Cuando los niños de la pequeña ciudad de Ladysmith, en la isla de Vancouver, Columbia Británica, caminaron hasta el Wigwam Café el 25 de abril de 1947, se sorprendieron al descubrir que precio de las barritas de chocolate había subido un 60 por ciento durante la noche, de 5 centavos a 8 centavos. En lugar de aceptar el aumento de precio, los niños decidieron hacer algo al respecto. Apresuradamente garrabatearon carteles y comenzaron a marchar arriba y abajo cantando unos improvisados lemas. La noticia se extendió rápidamente y pronto casi todos los niños de la ciudad se unieron.

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Después de que el periódico local tomara una foto de los pequeños manifestantes frente al Wigwam Café, los niños de todo Canadá comenzaron a hacer sus propias manifestaciones frente a las tiendas donde compraban sus caramelos. Una de las mayores protestas ocurrió el 30 de abril, cuando 200 niños marcharon hacia el edificio del Gobierno de la Columbia Británica, consiguiendo paralizar la actividad del mismo.

El movimiento continuó con protestas en Calgary, Edmonton, Winnipeg, Montreal, Quebec City. Tres mil niños se comprometieron a boicotear las barritas de chocolate hasta que bajara el precio. En cuestión de días, la venta había disminuido en un 80%. Los adultos vieron en estas protestas una metáfora divertida pero profunda de sus propias luchas contra la nueva economía de la posguerra. Muchas organizaciones de adultos apoyaron estas movilizaciones.

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El movimiento continuó ganando impulso hasta el 3 de mayo de 1947, cuando una marcha que se iba a celebrar en Toronto, fue frustrada por una publicación en el Toronto Evening Telegram. Una fuente anónima informó al periódico que la Federación Nacional de Juventudes Laborales, organización que ayudó a establecer los sindicatos en Canadá, estaba orquestando la protesta. Esta organización tenía miembros afiliados al Partido Comunista, lo que llevó al ultraconservador diario a esgrimir que no eran más que "una protesta fomentada por Moscú como instrumento en la gran estrategia comunista de la creación del caos".

Si la acusaciones eran ciertas o no, el movimiento ya había sido señalado. Cautelosos de ser etiquetados como "comunistas", las organizaciones de adultos que apoyaban a los niños desautorizaron la huelga, y los padres prohibieron a sus hijos asistir a nuevas protestas. El precio de la barrita de chocolate se mantuvo en 8 centavos.

Vía: Mentalfloss

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