La mitad de las reservas de litio que utilizan los teléfonos móviles, las cámaras fotográficas y otros aparatos electrónicos, incluidos los nuevos vehículos híbridos, procede de Bolivia. Concretamente del salar de Uyuni, una explanada de sal de 11.000 kilómetros cuadrados.
El sector de automoción posee el potencial mayor sin explotar para esta material prima, según los analistas. Como pesa menos que el níquel, también utilizado en baterías, permitiría a los coches eléctricos almacenar más energía y recorrer distancias más largas.
Por eso los científicos consideran que el litio será el mineral no contaminante clave en la era postpetróleo. Y que, por lo tanto, Bolivia podría convertirse en "la Arabia Saudí del litio".
El crecimiento acelerado en el uso del ion-litio ha provocado que una tonelada de litio suba su precio desde los 350 dólares que costaba en 2003 hasta los 3000 dólares que vale en la actualidad.
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