domingo, 22 de noviembre de 2009

La leyenda de Antoku



En el siglo XII de nuestra era Japón esta regido por un grupo de guerrero llamados Heike. El líder de éstos guerreros (el emperador) era un muchacho de siete años llamado Antoku. Su tutora era su abuela.

Los Heike estaban en guerra con otro clan de samurais. Su encuentro decisivo tuvo lugar en Dannoura en el mar de Japón en Abril de 1185. Los Heikes fueron derrotados viendo su causa pérdida se tiraron al mar y se ahogaron.


La abuela del emperador decidió que no serían capturados vivos. Según la leyenda de los Heike el joven emperador le preguntó a la abuela ¿A dónde me llevas? Y ella con los ojos lleno de lágrimas le confortó. El joven emperador le entendió y unió sus manos con su abuela. La abuela le dijó que su reino estaba en la profundidad del océano y se hundieron bajo las olas.


Los Heike desaparecieron de la historia. Sólo sobrevivieron 43 antiguas grandes damas del clan que se convirtieron en vendedoras de flores y prostitutas de los pescadores de la zona del campo de batalla. Éstas mujeres y los hijos que tuvieron con los pescadores organizaron un festival para conmemorar la batalla. Todos los años sus descendientes acuden al sepulcro Akama donde se encuentra el monumento al ahogado emperador Antoku.

Akama Jinja

Pero esta historia tiene un extraño epilogo los pescadores de la zona dicen que los guerreros Heike siguen vivos en los cangrejos de la zona. Los cangrejos de la zona en su parte posterior tienen una marca que asemeja a los cascos de los samurais con un rostro que simula el gesto agresivo de un samurai. Cuando se cogen éstos cangrejos no se comen se vuelven a tirar al mar en homenaje a los guerreros Heike que murieron en la batalla de Dannoura.



¿Cómo es posible que éstos cangrejos tengan el rostro de un samurai en su caparazón? La respuesta es que lo hicieron los hombres. Los dibujos son heredados. Entre los antepasados de éstos cangrejos supongamos que hubiese alguno que tuviese esa imagen o algo parecido a un rostro de un samurai o un casco de un samurai. Los pescadores no se le hubiesen comido lo hubiesen tirado al mar. Al tirarlos al mar estaban poniendo en marcha un proceso de selección si no tienes marcas los hombres te comeran y si no pues te tiraran al mar y tendrás muchos cangrejos con caras. Contra más te parezcas a la cara de un cangrejo samurai más posibilidades de sobrevivir tendrás. Este proceso se llama selección artificial.


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