El diez de octubre de 1846 se celebró una de las bodas más desafortunadas de la historia de la monarquía española, la de Francisco de Asís y Borbón con Isabel II. Ninguno de los dos quería porque a los dos les gustaba los hombres. Pero mandaban los intereses de Estado y había que casar a la reina el mismo día que cumplía 16 años. Lo único que dijo la reina cuando se enteró que tenía que desposarse con Francisco fue: ¡No, por favor, con Paquita no!
Francisco de Asís y Borbón |
El matrimonio tuvo que efectuarse porque todas las monarquías europeas estaban maquinando para casar a sus descendientes solteros con Isabel II. Hubo largas conversaciones, aunque los diplomáticos se lucieron en la elección, como dijo Isabel II, "Llevaba camisones con más encajes que ella". Ella buscó lecho más animados, oficialmente, tuvo doce embarazos, en los que parece que hubo poca colaboración de su marido.
El 7 de noviembre de 1859, el presidente del Gobierno, Leopoldo O´Donnell acudió a palacio para despedirse de Isabel II y su marido, se iba a Marruecos, al frente de 38.000 mil hombres, para defender a Ceuta y Melilla. La reina se dirigió a su presidente y le dijo:
- Si yo fuera hombre, te acompañaría, y dijo el rey Francisco: Lo mismo te digo O´Donnell. Lo mismo te digo.
Solo hubo una época donde este matrimonio de "conveniencia" se separó, fue cuando la reina fue destronada en la revolución de 1868. Ahí se acabaron los disimulos, el rey consorte se fue a vivir con su novio a un palacete francés.
Aparte de nuestra solidaridad por su homosexualidad vapuleada, también hay que decir que fue un rey pésimo y corrupto, como la mayoría de los Borbones.
Fuente: Menudas historias de la Historia.
No tan pésimo y corrupto como los presidentes de república de este país (¿Alguien se acuerda del latrociniodel Vita?) o de Francia (no hay presidencia sin graves escándalos desde por lo menos 1875) y no digamos de los presidentuchos panchitos empezando por el gorila o el bureo, que encima dan lecciones de democracia y lideran las cuentas en Suiza. Deja de decir gilipolleces. Respecto a la presunta homosexualidad, se confirma
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