En Glasgow, Escocia, durante la década de 1970 y los 80, los habitantes de las viviendas públicas del extrarradio de la ciudad conocían perfectamente la música que acompañaba al vehículo favorito del verano el del "hombre de los helados". Pero en aquel tiempo había una guerra entre los vendedores de helados por el territorio, a menudo con violencia, y comprar un helado en un día caluroso podía ser peligroso.
La guerra estalló cuando dos hermanos, vendedores de helados, decidieron acabar con el monopolio de la venta de helados controlado por dos familias. Ambos hermanos atacaron a un heladero rival con ladrillos y tableros de madera.
El sitio de estas batallas eran las viviendas construidas para personas de bajos ingresos en 1960 en las afueras de la ciudad. Ellos no tenían acceso a tiendas básicas de comestibles y víveres de primera necesidad. Para compensar la falta de tiendas, las furgonetas de los helados vendían comestibles, papel higiénico, y otras cosas de primera necesidad que no podían conseguir en sus barrios. Esto se convirtió en un negocio rentable. Con el tiempo, las furgonetas de helados también vendían medicamentos y objetos robados.
Las furgonetas de helados tomaron áreas bajo su control en exclusiva. Si se trataba de vender helados o cualquier otra cosa en un área en la que no se tenían los "derechos", la cosa terminaba en enfrentamientos violentos. En 1984, el heladero Andrew "Batboy" Doyle había entrado a vender en el territorio de la banda dominante. Su casa fue incendiada causando su muerte y la de cinco miembros de su familia, entre ellos un bebé.
Tras el incidente y el escándalo entre la opinión pública, la policía de acuerdo con el fiscal detuvo apresuradamente a los vendedores de helados Thomas "TC" Campbell y Joe Steele. Tanto Campbell y Steele mantuvieron su inocencia, pero fueron condenados a 20 años de cárcel. Campbell inició varias huelgas de hambre en prisión, mientras que Steele escapó tres veces para protestar por su detención. En 1992, el testigo que había acusado a ambos heladeros, declaró que se había inventado la acusación. Hasta el año 2001 no se abrió de nuevo el caso y Campbell y Steele finalmente fueron puestos en libertad en 2004. Nunca se encontraron a los verdaderos culpables.
Las guerras de los helados continuaron durante unos cuantos años más en el extrarradio de Glasgow. Sin embargo, el negocio de los helados dejó de ser lucrativo en Glasgow, gracias a la apertura de nuevas tiendas.
Vía: Atlas Obscura
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