Hace unos 1.800 años, los soldados romanos usaban hondas con "balas que silbaban" como arma de terror contra sus enemigos bárbaros. Arqueólogos encontraron estas balas de plomo fundido en Escocia.
Con un peso de aproximadamente 30 gramos, cada una de las balas estaban perforadas con un agujero de 5 mm que los investigadores creen que estaban diseñadas para dar a estos proyectiles un zumbido agudo silbante en vuelo. Estos proyectiles se encontraron en Burnswark, una colina en el suroeste de Escocia, donde hubo una gran ofensiva del Ejército de Roma, contra una fortaleza que defendían los nativos en el siglo II de nuestra era.
Los proyectiles silbantes eran más pequeño que los que se utilizaban normalmente como munición en las hondas, los investigadores creen que los soldados podían utilizar varios a la vez en sus lanzamientos. Las municiones de las hondas son un hallazgo común en los campos de batalla donde participó el ejército romano. Las más grande tienen la forma de un limón y pesan hasta 60 gramos, hay otras más pequeñas en forma de bellotas. Alrededor del 20 por ciento de las balas de plomo que se encontraron en Burnswark Hill habían sido perforadas con agujeros, lo que representa una cantidad significativa.
Proyectiles utilizados en las hondas romanas FUENTE |
Las balas silbantes no se han encontrado en otros sitios romanos, pero balas de honda de cerámica con agujeros perforados se han descubierto en campos de batalla de Grecia en los siglos II y III antes de nuestra era. Muchos arqueólogos habían asumido que los orificios de las balas griegas eran depósitos de veneno, sin embargo experimentando con réplicas, se ha demostrado que habrían sido de poco uso como armas envenenadas. Los agujeros eran demasiado pequeños, y no había ninguna garantía de que el veneno penetrase en la piel.
En el momento del ataque romano a Burnswark Hill, las hondas fueron utilizados principalmente por unidades especializadas de las tropas auxiliares. Entre los más temidos estaban los honderos de las Islas Baleares, que lucharon junto a Julio César en Gran Bretaña en los años 55 y 54 antes de nuestra era. En las manos de estos expertos, un proyectil de honda podría alcanzar velocidades de hasta 160 km/h. Podrían arrancar de cuajo la parte superior de la cabeza.
Honderos de Baleares FUENTE |
El ataque romano a la fortaleza de la colina Burnswark era parte de la campaña militar ordenada por el emperador Antonino Pío en la conquista de Escocia al norte del muro de Adriano. Las tribus escocesas lucharon durante más de 20 años, y en el año 158, los romanos abandonaron sus planes de conquistar el norte del muro y trasladaron a sus legiones detrás de la muralla de Adriano.
Vía: LiveScience
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