En 1802, Beethoven se estaba quedando sordo. Escribió una carta (conocida hoy como el Testamento de Heiligenstadt ) a sus hermanos Johann y Carl. La carta fue encontrada en el escritorio de Beethoven, después de su muerte en 1827. Nunca la envió.
Testamento de Heiligenstadt FUENTE |
Durante gran parte de su vida Beethoven, había estado plagado de dolores abdominales. A pesar de que buscó la ayuda de numerosos médicos, no tuvo ninguna mejoría. A pesar de sus dificultades físicas y su completa incapacidad para oir, Beethoven compuso la novena sinfonía. En el Testamento de Heiligenstadt, pide a sus hermanos que averiguen, después de su muerte, lo que provocó todos sus males físicos. Casi 200 años después, por fin tenemos la respuesta, gracias a una fuente inesperada: el pelo de Beethoven.
Beethoven FUENTE |
Inmediatamente después de su muerte a Beethoven le cortaron su famoso cabello. Uno de esos trozos de cabello, cortados por un adolescente, sobrevivió hasta nuestros días. Ferdinand Hiller, un músico de 15 años de edad, tomó un pedazo de pelo de Beethoven como recuerdo del brillante compositor. Hiller, se convirtió en un compositor y director de orquesta y guardó su tesoro en un medallón que luego heredó su hijo Paul. El medallón viajó de Viena a los Estados Unidos, durante el Holocausto.
Ferdinand Hiller en edad adulta FUENTE |
En 1994, Sotheby, subastó la reliquia. Fue adquirida por más de siete mil dólares por unos estadounidenses, que pensaban crear un Centro Beethoven en la Universidad de San Jose State. Ocho pelos se sometieron a un estudio cuidadoso y al análisis de ADN, en un laboratorio en Naperville.
Pelo de Beethoven (Universidad de San Jose State) FUENTE |
Después de varios años de trabajo, los científicos descubrieron un hecho sorprendente: el pelo de Beethoven contenía grandes cantidades de plomo, 100 veces superior a la tasa normal. Los investigadores descubrieron que Beethoven sufría plumbismo. Esto le habría causado su dolor abdominal constante.
Este envenenamiento puedo haber sido causado en las largas temporadas que pasaba en los balnearios para reponerse de la depresión tras la muerte de su madre. Puede que allí bebiera y se bañara en aguas con exceso de plomo. El plomo no fue el causante de su sordera, que se debió a un crecimiento óseo anormal que acabó por destruir el oído.
Vía: Awesome Stories y El País
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