jueves, 23 de agosto de 2018

Las mujeres que salvaron a sus maridos cargándolos a hombros


El asedio de Weinsberg hoy en día en el stado de Baden-Wurttemburg, Alemania,  era entonces parte del Sacro Imperio Romano. El asedio fue una batalla decisiva entre dos dinastías, los Welfs y los Hohenstaufen.

A la muerte del Emperador Lotario II en 1137, Enrique el Orgulloso, yerno del fallecido era el heredero al trono. Presentó su candidatura a emperador, pero los príncipes locales se opusieron a él y eligieron a Conrado III, un Hohenstaufein. Cuando Conrad cedió el Ducado de Sajonia al conde Alberto el Oso, los sajones se levantaron en defensa de su joven príncipe, el conde Altorf de los Welf, hermano de Enrique el Orgulloso y comenzó la guerra.

El conde se atrincheró en su castillo de Weinsberg. Exasperado por la heroica defensa, Conrad III había resuelto destruir Weinsberg y encarcelar a sus defensores. Sin embargo, suspendió el asalto final  y negoció la rendición. Se concedió a las mujeres el derecho de irse con todo lo que podían cargar sobre sus hombros. Las mujeres tomaron a sus maridos sobre sus hombros y abandonaron la ciudad.

FUENTE

Cuando el emperador, vio lo que estaba sucediendo, se rió y aceptó el ingenioso truco de las mujeres, diciendo que un rey siempre debe cumplir su palabra. Esta historia se hizo conocida como las "esposas leales de Weinsberg". Las ruinas del castillo se conocen hoy como Weibertreu ("esposas leales") en conmemoración del evento.


Vía: Wikipedia

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