Sarah tenía 16 años cuando, su prometido le arrojó una botella de ácido en la cara. Su padre se había opuesto a la boda. Entonces su agresor, aprovechando que estaba sola, entró en su casa, le agarró del brazo y vertió sobre su rostro una botella de ácido. Su prometido recibió una condena de cinco años, las leyes paquistanís no consideran delito grave la violencia doméstica. En muchos casos, la familia llega a un acuerdo con el atacante y obliga a las víctimas a casarse con su agresor.
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