El correo ha existido desde la antigüedad lo de los sellos es harina de otro costal. Cuenta la historia-leyenda
que el profesor Rowland Hill, viajaba por Escocia y se aprestó a descansar en una posada. Vio cómo el cartero de la zona entraba en la casa y entregaba una carta a la posadera. Ella tomó la carta en sus manos, la examinó atentamente y la devolvió al cartero alegando:Como somos bastante pobres no podemos pagar el importe de la carta, por lo que le ruego que la devuelva al remitente.
Rowland Hill FUENTE |
Hasta entonces el envío lo pagaba el destinatario en función de los kilómetros recorridos y no por su peso. Hill se ofreció a pagar el importe de la carta. El cartero cobró la media corona que costaba, y entregó la carta a la posadera. La posadera recogió la carta y la dejó sin preocuparse de su contenido. Luego le dijo a Hill que agradecía el detalle pero ella y su familia se escribían cartas con unas claves para sin tener que abrirlas saber que todo estaba bien y así no tener que pagar el envío.
Hill escribiría un folleto, proponiendo el franqueo previo de la correspondencia. El folleto dio por resultado la designación de un comité de la Cámara de los Comunes encargado de estudiarlo. Este comité informó favorablemente la proposición de Rowland Hill. El primer sello se puso en circulación el día 6 de mayo del año 1840. El famoso Penny Black (sello negro de un penique) de la Reina Victoria.
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Los sellos llegan a España el 1 de enero de 1850 y reproducía la imagen de la reina gobernante en esa época, Isabel II. Se trataba de cinco sellos con diferentes valores faciales: 6 cuartos de real en color negro, 12 cuartos en color lila, 5 reales en color rojo, 6 reales en color azul y 10 reales en color verde.
Primer sello español de la primera plancha FUENTE |
España fue el primer país donde se falsificó un sello.El 2 de abril de 1850 se descubrieron en la oficina de Correos de Orihuela (Alicante) varias cartas con sellos falsos franqueados en Murcia. Las pesquisas policiales concluyeron con la detención y procesamiento de los culpables. El grabador Francisco Javier Martínez y el impresor Vicente Pastor, fueron condenados a penas de cinco años de cárcel y 2.500 pesetas de multa como autores de la falsificación, mientras que Francisco Gomís, un cartero de la localidad, fue condenado a las mismas penas y, además, a la de pérdida de empleo por distribuir los sellos falsos.
De aquella falsificación únicamente se conserva un sello sin matasellar, que constituye una verdadera rareza. Se cree que es del expediente judicial, puesto que los sellos fueron quemados.
Vía: Wikipedia y Filaposta
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