Están en los árboles y en el suelo, sus ojos muertos, el pelo sucio cuelga como telarañas, los brazos y las piernas desparramadas sin orden ni concierto, cabezas decapitadas... Esto no es una pesadilla. Es La Isla de las Muñecas, un lugar real situado al sur de la Ciudad de México (Xochimilco) que por décadas ha sido el hogar de cientos de muñecas.
Xochimilco es conocido por sus chinampas, islas artificiales creadas por los aztecas para servir como jardines flotantes donde se cultivaba comida para la ciudad de Tenochtitlan. En una de ellas hace más de 60 años Julián Santana, creía que era víctima de constantes sustos por parte del espíritu de una joven que murió ahogada frente a su chinampa (área de cultivo), donde llevaba una vida de ermitaño, sembrando y cosechando maíz y flores. Para contrarrestar el incesante penar de la joven, decidió recolectar muñecas tiradas en los cientos de canales de Xochimilco o en la basura de los barrios aledaños, para colgarlas en los árboles que rodean su choza y así “espantar al espanto”.
Santana murió de un ataque al corazón en 2001, y una pequeña cruz blanca cerca del agua marca su sepulcro. Su sobrino Anastasio ahora vive en la isla y la ha convertido en una atracción turística.
Vía:
Vocativ
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