El 15 de enero de 1919, Boston sufrió uno de los desastres más extraños de la historia: una devastadora inundación de melaza. Atravesó el extremo norte de la ciudad y se depositó en locales que todavía se podía sentir el olor a melaza en días cálidos décadas más tarde.
La melaza o miel de caña se utiliza en repostería pero tiene otros usos. La melaza se puede convertir en ron o alcohol industrial con bastante facilidad, y la Purity Distilling Company habían construido un tanque gigantesco en North End en Boston en 1915 para abastecer sus pedidos de bebidas alcohólicas. El tanque de acero era enorme: Más de 15 metros de altura, 90 metros de ancho, y capaz de contener 9,5 millones de litros. A pesar de la ley seca la Purity Distilling, tenía una licencia para destilar alcohol para aplicaciones industriales.
El enorme tanque estaba casi lleno ese 15 de enero, justo después del mediodía, testigos oyeron un ruido y de repente, 12 millones de kilos de melaza estaban arrasando la calle comercial formando una ola de cuatro metros. Una ola gigante de un producto alimenticio pegajoso suena como algo risible, pero esta ola era una fuerza terriblemente destructiva. La ola se desplazaba a más de 56 kilómetros por hora, y con una fuerza suficiente para extraer los edificios de sus cimientos. La melaza rompió las vigas de apoyo de una vía de tren elevado y destrozó varias casas.
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El costo humano del desastre fue aún más sombrío. La ola de la melaza se movió tan rápido y con tanta fuerza que cualquier persona que tuvo la mala suerte de estar en su camino no tuvo oportunidad, o eran derribados y aplastados o ahogados en melaza. Murieron 21 personas y otras 150 personas fueron heridas. Los médicos y la policía llegaron rápidamente pero sudaron tinta para llegar a través de la melaza a las víctimas.
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The United States Industrial Alcohol Company a la que pertenecía la Purity Distilling se apresuró a culpar a los chivos expiatorios favoritos de principios del siglo XX: los anarquistas. La empresa alegó que los anarquistas habían saboteado el tanque mediante la detonación de una bomba. Otra teoría explicaba que la melaza había fermentado en el interior del tanque, lo que provocó explosión.
Los investigadores pronto encontraron el verdadero culpable, una mala construcción del tanque. Los estudios modernos han encontrado que las paredes de los tanques eran demasiado delgadas y estaban hechas de un acero demasiado frágil para soportar el volumen de la melaza. El tanque tenía que ser una maravilla de ingeniería para mantener todo ese peso, pero la empresa nunca consultó a un ingeniero en el proyecto. Básicamente, levantó un tanque gigantesco de la forma más rápida y barata posible.
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A la luz de estos datos, era increíble que el tanque hubiese resistido cuatro años. Los residentes cercanos al tanque informaron que este tenía filtraciones desde su construcción. La compañía en lugar de solucionar el problema, había pintado de marrón el tanque para que las filtraciones no fuesen observadas a simple vista.
Los residentes en gran parte de clase obrera de North End que habían perdido sus hogares y seres queridos demandaron a la compañía. El Tribunal Superior de Massachusetts con el coronel Hugh Ogden como auditor, tardó casi seis años en escuchar el testimonio de 3.000 personas. Cuando por fin escribió su informe, concluyó que no había evidencias para apoyar la teoría de saboteadores anarquistas. En cambio, Ogden encontró que el "factor de seguridad" en la construcción y la inspección del tanque había sido lamentablemente baja. La compañía fue declarada culpable y pago alrededor de 7.000 dólares de la época a los familiares de cada víctima.
Esta inundación ayudó a que Massachusetts y muchos otros estados aprobaran leyes que requerían que los ingenieros y arquitectos inspeccionaran y aprobaran los proyectos de grandes construcciones.
Vía: Mentalfloss
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