En el siglo XVIII la medicina británica, creía que era posible revivir a una persona que había dejado de respirar soplando humo de tabaco por el recto. Los enema de emergencia como los que aparecen en la fotografía fueron los desfibriladores del momento. Eran herramientas esenciales para salvar vidas diseñados por profesionales de la medicina.
Set de Resucitación del siglo XIX FUENTE |
La reanimación cardiopulmonar, todavía no existía. En vez de bombear el pecho o el boca a boca a una víctima de ahogamiento, frotar la piel, inflar los pulmones a través de un tubo insertado en la tráquea, y la sangría eran las técnicas del momento. La técnica más creativa, sin embargo, era insuflar humo de tabaco por vía rectal a través de un fuelle insertado en el ano.
La revista médica "The Lancet" repite una historia desde 1746: La esposa de un hombre fue sacada del agua aparentemente muerta. Un marinero que pasaba ofreció su pipa y encargó al marido insertar el vástago en el recto de su esposa, cubrir el recipiente con un trozo de papel perforado, y 'soplar fuerte.' Milagrosamente, la mujer revivió.
Vía: Neatorama
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