En septiembre de 1940, el capitán del ejército polaco Witold Pilecki, no sabía exactamente lo que estaba pasando en Auschwitz, pero sabía que tenía que averiguarlo. Pasaría dos años y medio en Auschwitz, escaparía y sería el autor del primer informe de inteligencia sobre el campo.
En los primeros años de la guerra, se sabía muy poco sobre Auschwitz. Polonia estaba en un estado de caos. Dividida en dos, en una parte, la Alemania nazi y en la otra la Unión Soviética. La resistencia polaca había pasado a la clandestinidad. Pilecki quería infiltrarse en el campo de Auschwitz, pero tenía dificultades para conseguir que los comandantes aprobasen la misión. Pues pensaban que era simplemente un campo de prisioneros de guerra.
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Pilecki fue finalmente autorizado. Apareció a propósito en medio de una redada en Varsovia el 19 de septiembre de 1940 y no tardó en ser detenido. Durante dos días fue torturado y envíado a Auschwitz. A su llegada a Auschwitz comprobó que aquello era un campo de exterminio. Uno de los primeros detalles del verdadero propósito de Auschwitz que llamó la atención a Pilecki era la dieta de los presos. Las raciones de alimentos estaban calculadas para que los presos sobrevivieran seis semanas. Tenía el número 4859 tatuado en su brazo.
Pilecki fue asignado a un trabajo agotador transportar piedras en una carretilla. Organizó dentro de Auschwitz un grupo clandestino.Consiguió pasar mensajes de contrabando con los presos que escapaban e incluso en la ropa sucia de los soldados de las SS asignados en la ciudad. La resistencia polaca era incrédula ante los horrores que explicaba Pilecki, pensaban que estaba exagerando. Pilecki quería organizar una fuga masiva del campo pero necesitaba el apoyo del alto mando polaco, pero nunca llegó.
Durante los siguientes dos años y medio, Pilecki siguió creando informes para la cadena de mando polaco en Londres. El gobierno polaco en el exilio apremió a los británicos y a los americanos a hacer algo, pero simplemente no hicieron nada.
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Finalmente, después de casi tres años, Pilecki tomó la decisión de escapar de Auschwitz, su vida corría peligro. Planeó una fuga a través de una puerta trasera mal asegurada de una panadería anexa al campo , donde tenía turno de noche. Junto con otros presos maniató al guardia, cortaron la línea telefónica y escaparon.
Después de su fuga, Pilecki continuó luchando. Pero después de la guerra, los alemanes fueron reemplazados por un nuevo régimen de ocupación - los soviéticos. Pilecki reunió información de inteligencia, esta vez sobre los comunistas que se habían establecido en Polonia. Fue capturado, acusado de espionaje y fusilado.
El régimen comunista polaco censuró cualquier mención de su nombre, una prohibición que se mantuvo hasta la caída del muro de Berlín. Sólo desde entonces han surgido documentos que revelan su historia.
Hoy en día hay una calle en Varsovia con el nombre de Pilecki.
Vía: NPR
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