viernes, 13 de julio de 2018

El "resort" del Mossad


Arous era un lugar de vacaciones idílico en el desierto sudanés, a orillas del Mar Rojo. Detrás de este glamuroso destino se escondía una base de agentes secretos israelíes en misión secreta.

"Arous on the Red Sea, un maravilloso mundo aparte", decía el folleto, que lo definía como "el centro de buceo y de recreo en del desierto de Sudán".Ilustrado con imágenes de chalets de color masilla en una playa bañada por el sol, una pareja sonriente en equipos de buceo y variedades de peces exóticos, el anuncio se jacta de "algunas de las mejores y más claras aguas del mundo". Estos folletos se imprimieron por miles y se distribuyeron en agencias de viajes especializadas en toda Europa. Las reservas se hacían a través de una oficina en Ginebra. Y con el tiempo, cientos de turistas llegaron al lugar.


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La Corporación de Turismo Internacional de Sudán también era feliz. Lo que no sabían era que el complejo de buceo del Mar Rojo era una tapadera. Fue pensado y creado tras más de cuatro años de trabajo a principios de la década de 1980 por operativos del Mossad. Su misión era rescatar a miles de judíos etíopes asediados en campos de refugiados en Sudán y evacuarlos a Israel. Sudán era un país árabe enemigo.

Los judíos etíopes pertenecían a una comunidad llamada Beta Israel (Casa de Israel).En 1977 uno de sus miembros, Ferede Aklum, se unió a una oleada de refugiados etíopes que cruzaban la frontera hacia Sudán para escapar de la guerra civil y una crisis alimentaria cada vez más profunda. Ferede Aklum envió cartas a las agencias de ayuda y una llegó al Mossad. En aquel tiempo el Primer Ministro israelí era Menájem Beguín, un refugiado de la Europa ocupada por los nazis. Beguín ordenó a la agencia de inteligencia que actuara.

Ferede Aklum a la izquierda en el Muro de las Lamentaciones  FUENTE


Ferede mandó mensajes a su comunidad, ofreciendo la tentadora oportunidad de cumplir un sueño de 2.700 años de antigüedad. Unos catorce mil Beta Israelíes realizaron un peligroso viaje de 800 km a pie junto con más de un millón de otros etíopes que buscaban refugio a través de la frontera sudanesa. Alrededor de 1.500 de los refugiados judíos fueron asesinados, perecieron en los campamentos alrededor de Gadarif y Kasala, o fueron secuestrados. Como Sudán era un país de mayoría musulmana, se les ordenó que no divulgaran su religión y no ser atrapados por la policía secreta sudanesa.

Casi de inmediato, se iniciaron algunas actividades de rescate a pequeña escala, con judíos etíopes envíados ​​de Sudán a Europa con documentos falsificados que luego terminaban en Israel. La costa del Mar Rojo en Sudán, presentó la posibilidad de intensificar las operaciones a una mayor escala. Dos agentes del Mossad llegaron a Sudán en busca de posibles playas de desembarco y se toparon con una aldea desierta en la costa, en el medio de la nada.

El lugar fue construido en 1972 por empresarios italianos, el complejo era un grupo de 15 bungalows con techos rojos, una cocina y un gran comedor que daba a la playa, una laguna y el mar. Sin embargo, sin electricidad, suministro de agua ni una carretera, los italianos encontraron el proyecto imposible y el complejo nunca se abrió. Utilizando pasaportes falsos, un grupo de agentes se hicieron pasar por empleados de una empresa suiza y convencieron a las autoridades sudanesas, que les arrendó el lugar durante tres años por 320 mil dólares.

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Pasaron el primer año renovando las instalaciones e hicieron contratos con proveedores locales de agua dulce y combustible. El complejo también fue equipado con equipos de aire acondicionado, motores fuera borda y equipos para deportes acuáticos de alta gama, todo de contrabando pues eran de fabricación israelí. Se contrató a unos 15 empleados locales, incluyendo camareras, camareros, un conductor y un chef. Ninguno sabía el propósito oculto del lugar.

El almacén de buceo estaba fuera de los límites del complejo. Allí se encontraban las radios que los agentes usaban para mantener un contacto regular con la sede en Tel Aviv. Mientras de dia atendían a los turistas, por la noche un escuadrón salía al amparo de la oscuridad y se dirigía a un punto de encuentro a 10 km al sur de Gadarof. Se les comunicaba al personal que salían para Jartum por unos días y recogían grupos de judíos etíopes, sacados clandestinamente de los campamentos por los llamados Hombres del Comité: un puñado de Beta israelíes reclutados para ese trabajo.

Etíopes en una zodiac  FUENTE


A los judíos etíopes no se les avisaba, ya que no se podía correr el riesgo que se corriera la voz, ellos no sabían ni que eran israelíes sus benefactores. Desde el punto de extracción, un convoy de camiones transportaba a docenas de refugiados desconcertados durante dos días y 800 kilómetros, evadiendo la detección en numerosos puestos de control a lo largo del camino por una combinación de engaños, sobornos y ocasionalmente embestidas.

Cuando llegaban a la playa, al norte de la villa de vacaciones, las fuerzas especiales de la armada israelí llegaban a tierra en zodiacs, recogían a los refugiados y los transportaban hasta el buque de guerra INS Bat Galim. El barco los llevaba a Israel.

INS Bat Galim  FUENTE

En marzo de 1982, en la tercera operación de ese tipo, el grupo fue descubierto en mitad de una transferencia en la playa por soldados sudaneses. Posiblemente sospechando que eran contrabandistas, los soldados dispararon tiros de advertencia, pero los zodiacs, con los etíopes a bordo, lograron escapar. Después de esto, se decidió que las evacuaciones navales estaban demasiado expuestas, y se ideó un nuevo plan. Los agentes tenían la tarea de encontrar un lugar de aterrizaje adecuado en el desierto para los aviones C130 Hércules. Los refugiados iban a ser transportados en avión secretamente fuera del país.

Mientras tanto, los hombres del Mossad continuabann dirigiendo el centro de buceo y entreteniendo a los turistas. Arous Village se había ganado una gran reputación. El complejo contaba entre su variada clientela una unidad del ejército egipcio, un grupo de soldados SAS británicos, diplomáticos extranjeros de Jartum y funcionarios sudaneses. Llegó a tener tanto éxito que obtuvo suficientes ganancias como para ser financieramente autosostenible, para alivio de los contables de Mossad.

Los puentes aéreos se pusieron en marcha. Había un aeródromo británico abandonado de la Segunda Guerra Mundial no lejos de la costa, y en mayo de 1982, el primer Hércules, que llevaba un pelotón israelí, aterrizó allí en la oscuridad de la noche. En el primer vuelo 130 etíopes fueron rescatados.

C130 HERCULES   FUENTE

Sin embargo, después de dos puentes aéreos, el Mossad descubrió que las autoridades sudanesas habían detectado actividades sospechosas. El equipo recibió instrucciones de encontrar sitios de aterrizaje más discretos. Identificaron lugares mucho más cercanos de Gadarof, que tenían la ventaja de reducir el tiempo en la carretera con los refugiados a un par de horas. La desventaja era que no eran pistas de aterrizaje, eran solo un pedazo de desierto.A pesar de las complejidades, se llevaron a cabo 17 vuelos clandestinos, coordinados por los agentes del Mossad.

Hacia finales de 1984, se declaró la hambruna en Sudán y se decidió intensificar las evacuaciones.
Con la intervención de los EE. UU. y un gran soborno el general Yaafar al- Numeiry se permitió que los refugiados judíos fuesen trasladados directamente desde Jartum a Europa. Lo hizo bajo la condición de un secreto total, para evitar las repercusiones del resto del mundo árabe.

Yaafar al-Numeiry

En una serie de 28 puentes aéreos encubiertos, en Boeing 707 prestados por un propietario de una aerolínea judía belga, 6.380 judíos etíopes fueron trasladados a Bruselas y luego directamente a Israel. El rescate recibió el nombre en clave de Operación Moisés.

La operación fue finalmente filtrada a la prensa. Los periódicos de todo el mundo publicaron la historia el 5 de enero de 1985 y Sudán detuvo inmediatamente los vuelos. Negó públicamente cualquier participación. El Mossad continuó dirigiendo el complejo de vacaciones, manteniéndolo disponible como una opción encubierta.

El 6 de abril de 1985, el General Numeiry fue derrocado por oficiales del ejército. La nueva junta militar enfocó sus esfuerzos en expulsar espías del Mossad, reales o imaginarios, para pulir sus credenciales en el mundo árabe. El jefe del Mossad dio la orden de evacuar el complejo. Se hizo en avión al día siguiente. Los turistas del complejo se encontraron solos en el desierto. El personal local todavía estaba allí, pero nadie más, el instructor de buceo, el gerente... todos los caucásicos habían desaparecido.

Para los 492 judíos etíopes que se quedaron en tierra por la interrupción abrupta de la Operación Moisés, otro puente aéreo fue diseñado dos meses más tarde, por el entonces vicepresidente estadounidense George Bush, y finalmente fueron trasladados por los americanos a Israel. En los siguientes cinco años, hubo más operaciones, con un total de casi 18 mil Beta israelíes trasladados a Israel.

Hollywood como no podía ser menos ya ha hecho una película sobre el tema. "The Red Sea Diving Resort" que será estrenada durante este año.


Vía: BBC


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