Hace 80 años, en el desembarco de Normandía, los valientes hombres de los ejércitos aliados occidentales estaban intentando salvar a Europa del nazismo y pasando por una situación difícil de enfrentamientos sangrientos con el ejército alemán. Las condiciones en el campo eran espartanas y la cerveza era un lujo inalcanzable. Se tenían que conformar con una especie de sidra acuosa que se tomaba por los alrededores.
Depósito de cerveza FUENTE |
Aviones británicos, canadienses y estadounidenses transportaron cerveza a través del Canal de la Mancha a los soldados del frente. El 17 de junio de 1944, 11 días después de que comenzara la invasión, un Spitfire del Escuadrón 416 de la Real Fuerza Aérea Canadiense voló desde Inglaterra al recién construido aeródromo de Bazenville, a sólo tres millas de Gold Beach, con un tanque lleno de cerveza colgado debajo de su fuselaje. El tanque había sido limpiado con vapor, pero todavía sabía a gasolina, tras las protestas de los soldados por el sabor "gaseoso" de la cerveza, la cerveza empezó a transportarse directamente en sus barriles.
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Otro método utilizado fue fijar barriles a los bastidores de bombas. Los pilotos del ala número 131 (polaca) de la RAF, que volaban Spitfire Mk IX, habían inventado la "bomba de cerveza", utilizando barriles caseros. El 3 de agosto de 1944, el Ala 131 se trasladó de Inglaterra al aeródromo de Plumentot, cerca de Caen, y comenzó el “bombardeo de cerveza".
Bombas cerveceras FUENTE |
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