sábado, 17 de julio de 2010

Ángel Sanz Briz. El ángel de Budapest



Ángel Sanz Briz fue un diplomático zaragozano que salvó la vida a más de cinco mil personas de morir en los campos de exterminio nazis, cuatro mil más que el aclamado Óscar Schindler. Utilizó su posición de privilegio como jefe de la Embajada española en Budapest para luchar contra la barbarie del Holocausto. El pueblo de Israel lo ha reconocido como "Justo entre las Naciones". Tiene la Gran Cruz al Mérito Civil del Gobierno Hungaro. Sin embargo en España sigue siendo un desconocido entre el gran público.


Marzo de 1944 Hitler, para frenar el avance de los rusos, invade Hungría. El único país centroeuropeo que se había librado de los nazis. En territorio magiar hay unos 850.000 judíos, y el Führer quiere limpiar de semitas el país.

En 1944 España no contaba con un Embajador en Hungría, la delegación española estaba dirigida por el Encargado de Negocios; Miguel Ángel de Mugiro y su ayudante el joven; Sanz Briz. Ellos asisten escandalizados al trato al que son sometidos los judíos. Pero no se quedan de brazos cruzados recuperan un decreto promulgado por Primo de Rivera en 1924 y lo reinterpretan para adaptarlos a los judíos sefardíes, es decir los herederos de la colonia judía expulsada de España por los Reyes Católicos que de ésta forma podrían solicitar la nacionalidad española. La oposición de Mugiro al Gobierno pro nazi de Miklos Horty  lo paga con su sustitución. Al frente de la delegación española queda Ángel Sanz Briz tenía 32 años.

En la primavera de 1944 comienzan las deportaciones masivas de judíos húngaros. Adolf Eichmann el brazo ejecutor de Hitler en la solución final, establece su oficina central de Estado Mayor en la capital húngara. Concentra a los judíos de fuera de Budapest en guetos. En junio de 1944 el Gobierno húngaro ordenó el traslado de los judíos a 2000 edificios marcados en su fachada con la estrella de David. En las casas estrelladas esperaban aterrados el traslado a los guetos del extrarradio, un camino sin retorno a las cámaras de gas nazis.



Sanz Briz ante la situación toma la decisión de mandar a su mujer y a su hija pequeña a España. Briz informa una y otra vez al Ministerio de Asuntos Exteriores español de la barbarie que se está cometiendo contra los judíos. Desde España el régimen franquista responde con el silencio más absoluto. En esa primavera ya habían sido asesinados un cuarto de millón de judíos.

Sanz Briz busca apoyo y lo encuentra en Monseñor Rotta nuncio del Vaticano en Budapest. Ámbos convocan una reunión con representantes de países neutrales, concretamente Suecia, Portugal y Suiza. En ésta reunión se planeara la estrategia para emitir salvoconductos que salvarán a miles de judíos.

Sanz Briz antes de actuar, como buen diplomático,  lo puso en conocimiento del régimen franquista, informando de cual serían sus siguientes pasos. Mando cartas, telegramas, mensajes cifrados... La respuesta de nuevo el silencio. La decisión estuvo en sus manos, Briz no pierde tiempo, y hace uso del recuperado decreto de Primo de Rivera para nacionalizar a los descendientes sefardíes (unos 100 en Budapest). El Gobierno húngaro autorizó a Briz a emitir 200 pasaportes para sefardíes que quisieran la nacionalidad española. Un sobre con dinero de Briz al Ministro del Interior húngaro tuvo mucho que ver en ésta autorización. Ahora faltaba que los alemanes consideraran válidos los salvoconductos. Eichmann los autorizó porque consideraba que España era un país amigo, un sobre con dinero enviado a Eichmann hizo el resto.

Doscientos pasaportes no eran suficientes para sus pretensiones, pero Briz era un hombre astuto, amplió los pasaportes de individuales a colectivos, de forma que cada pasaporte protegía a varios miembros de una misma familia. Además se le ocurrió otra forma para salvar vidas, emitir cartas de protección a aquellos que tuvieran algún familiar en España, además dividió los pasaportes en series, 1a, 1b, 1c...

Sanz Briz comenzó con las personas que tenía más cerca, los judíos que trabajaban codo con codo con él en la Embajada. Después Briz, buscó por Budapest otros judíos que salvar, incluso a algunos que ya estaban en camiones preparados para ser deportados. Los judíos iban a la Embajada española pidiendo protección, la embajada tenía además muchos judíos escondidos en las mismas instalaciones al igual que la nunciatura.

Briz puso en marcha la segunda fase de su plan. Alquiló siete edificios en lo que colocó carteles en los que se leía: "Edificio anejo a la embajada española". Las lleno de judíos protegidos que así evitaban los controles de los nazis y los pro nazis húngaros. Vivían afinados y con el constante peligro de las redadas nazis que a veces querían detenerlos, pero una llamada a Briz y el se presentaba ipso facto para evitar su detención, siempre lo conseguía. Éstos edificios eran costeados con su propio dinero, que también recibía el Ministro del Interior húngaro para hacer la vista gorda.

Poco a poco intenta mejorar la calidad de vida de sus protegidos. En una casa monta una maternidad en otra un hospital, una escuela... Tengamos en cuenta que había más de dos mil personas en éstos edificios.

Sanz Briz abandona Hungría a finales de 1944 cuando las tropas rusas están a punto de entrar en Budapest. Con la satisfacción de haber salvado a miles de judíos pero con la preocupación de si el regimen franquista apoyaría su labor, el 14 de diciembre de 1944 desde Berna (Suiza) escribe una carta al Ministerio de Asuntos Exteriores con un informe detallado de su gestión en Hungría. En él hace un recuento de los judíos salvados hasta esa fecha. 2295 personas.



La historia no acaba aquí un italiano Giorgio Perlasca tiene gran importancia, el fue el heredero de la labor de Sanz Briz. Perlasca tras desertar del ejército italiano había solicitado un pasaporte español a Briz. A partir de ese momento se convirtió en fiel colaborador de Briz, cuando el zaragozano tuvo que abandonar Hungría, Giorgio le suplantó como cónsul español en Budapest. Perlasca continuó emitiendo documentos de protección falsos hasta llegar a los 5200. Documentos a los que ponía el sello de su predecesor y fecha anterior a la salida del país de éste.

Perlasca tiene una película que alaba su labor en Hungría. "El consul Perlasca" en ella Briz aparece muy mal parado. Durante años el mundo reconoció la labor de Perlasca y no la de Sanz Briz, durante décadas todos los honores se los llevó el italiano.



¿Había traicionado Perlasca a su amigo y protector? Nada más lejos de la realidad, Giorgio, intentó proteger a Sanz Briz ya que el régimen franquista se  podía apuntar el tanto de ésta salvación en masa. En 1946 Sanz escribió a Perlasca pidiéndole la mayor discreción posible sobre su actuación en Budapest, y dándole las gracias por seguir con su labor.

En España Sanz Briz sólo tiene el reconocimiento de un busto y una placa en Zaragoza y otro busto en el Ministerio de Exteriores. Afortunadamente fuera de nuestras fronteras es un héroe para los judíos y los húngaros.

En 1991 consiguió el nombramiento de "Justo entre las Naciones" título que se concede a personas no judías, cuya actitud y comportamiento merece la recompensa divina. Su nombre esta grabado para la eternidad en el "Memorial del Holocausto"

Fuente: Documental: Ángel Sanz Briz. Antena3TV

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