Para la mayoría de nosotros, un poco de miel está a sólo un supermercado de distancia.
Pero para la etnia Rai de Nepal, la recolección de la mil implica una escalada desafiando a la muerte, una misión de al menos cuatro horas para extraer el preciado néctar.
Para empeorar las cosas, estos recolectores temerarios son objeto de los ataques de los enjambres de abejas más grande del mundo, mientras que están suspendidos a cien metros sobre un acantilado.
Los "cazadores" de miel van provistos de escaleras de bambú trenzado para acceder a su premio, la miel producida por la abeja Apis laboriosa. Sin equipo de seguridad, se suben a alturas vertiginosas, cuando la miel está a su alcance, la cosechan lentamente a mano. Trabajan con ropa ritual llamada lukspa, tejida con fibras de ortiga. Aunque la mayoría de las tareas del pueblo Rai, se dividen entre hombres y mujeres, la recolección de miel sigue siendo una tradición histórica sólo para hombres, transmitida de padre a hijo.
A pesar de que la miel es, probablemente, de las más caras del mundo, la etnia Rai se niega a venderla, sino que sirve de intercambio entre las cuatro aldeas de la zona, y se utiliza frecuentemente en ceremonias rituales.
El fotógrafo Eric Tourneret, siguió a un grupo de estos recolectores. Y aquí os dejo su maravilloso trabajo.
Vía: Daily Mail
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