La especie se llama Onychomys torridus y habita en las tierras áridas del suroeste de EE.UU. y las regiones adyacentes de México, en madrigueras que roba a otros roedores. Uno de esos lugares es el desierto de Sonora en los EE.UU., este ratón se alimenta de grillos, roedores, tarántulas...
Incluso el venenoso escorpión no puede escapar de este pequeño monstruo de patas rosadas. El ratón pasa por alto el doloroso veneno del escorpión rompe la pinza del contra el suelo, arrancándole la cabeza, lanzandola hacia atrás, mientras aulla a la luna. Y no, no estamos hablando del mítico Chupacabras. Es el ratón saltamontes, el único ratón carnívoro de América del Norte. Su resistencia al veneno del escorpión podría algún día ayudar a los investigadores a tratar enfermedades que producen mucho dolor en el ser humano.
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Desde el día en que nacen, los ratones saltamontes son asesinos naturales. Incluso los nacidos y criados en cautividad rápidamente aprenden a matar presas mucho más grandes que ellos. Sus modales no mejoran con la edad. En lugar de hacer sus propios nidos, los ratones saltamontes "ocupan" las madrigueras construidas por otros roedores, matando a sus ocupantes si es necesario. En tiempos de escasez, estos ratones matan y se comen a otros roedores, incluso de su misma especie.
Pero lo más interesante de este ratón es su resistencia al veneno de los escorpiones que comparten su desierto. Estos escorpiones (Centruroides), están entre los más venenosos del mundo. En los seres humanos provocan contracciones musculares e insuficiencia respiratoria. Sin embargo, estos ratones saltamontes, resisten al mismo. En la Houston State University, Ashlee Rowe y su equipo, inyectaron una cantidad muy pequeña de veneno de escorpión en la pata de un ratón saltamontes y en la un ratón común. El ratón saltamontes apenas se lamía la pata, por lo que se sugiere que el veneno era menos doloroso para él.
El veneno del escorpión activa una proteína en la membrana celular llamada Nav1.7 que hace disparar las señales de dolor. Pero los ratones saltamontes, tenía una mutación en esta proteína, y tenían una diferente, Nav1.8, que evita que la señal del dolor llegase al cerebro.
En los seres humanos, las mutaciones en Nav1.7 causar un síndrome llamado eritromelalgia. Esta enfermedad, tiene como característica un dolor en los pies y en las manos que nace de forma espontánea. Los investigadores están ahora tratando de averiguar exactamente cómo la mutación del ratón en Nav1.8 bloquea las señales del dolor, para ver si pueden ayudar a diseñar un nuevo tipo de analgésico.
Vía: NewScientist
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