Poco después del ataque japonés a Pearl Harbor y la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, el presidente Franklin D. Roosevelt, firmó la Orden Ejecutiva 9066, que concedió a la Secretaria de Guerra, el poder para designar ciertas zonas del país como zonas militares y la facultad de desalojar de esas zonas a las personas que quisieran a su antojo.
Prácticamente cualquier lugar a 100 millas de la costa oeste fue objeto de exclusión. Toques de queda y la congelación de activos se impusieron a los japoneses-americanos, y para mayo de 1942, todas las personas de ascendencia japonesa eran envíadas a "centros de reubicación", es decir a la reclusión forzosa en campos de concentración.
Unos 120.000 japoneses-americanos se vieron obligados a abandonar casas, negocios, granjas y posesiones para su traslado a centros de reubicación.
Aquí os dejo, algunas escenas de este éxodo poco conocido de la Segunda Guerra Mundial.
Vía: Mashable
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