miércoles, 13 de agosto de 2025

Origen de la expresión: "Craso error"

    La expresión: "Craso Error", procede de la cultura romana. Nuestro protagonista no es otro que Marco Licinio Craso. Este Craso, fue uno de los hombres más ricos de Roma durante el período final de la República. Durante la dictadura de Sila, Craso supo sacar provecho de la situación, pues otra cosa no, pero tenía visión de negocio. Amasó una inmensa fortuna con negocios legales, y con otros que no lo eran tanto. Se decía que era dueño de actividades tan variopintas como casas dedicadas a la prostitución, o que controlaba incluso grupos o brigadas de vigiles (lo que serían en la actualidad bomberos), que le permitían especular con las propiedades. Las malas lenguas decían que mandaba incendiarlas para luego volver a construirlas y enriquecerse con la posterior venta. Fue gracias a su dinero que consiguió acceder a un cargo importante de magistrado en la República ya que las monedas le permitían a uno hacer carrera política y sobre todo poder costearse una campaña y unos sobornos suficientes para alcanzar puestos importantes.



Craso



  Tras derrotar a Espartaco (revuelta de los esclavos) supo contenerse y no trató de alzarse con todo el mérito pese a que en cierto modo Pompeyo tan solo llegase para rematar el trabajo. Esa prudencia le permitió convertirse años más tarde, en uno de los integrantes del llamado Primer Triunvirato junto a los otros dos hombres más importantes de aquel momento, Cayo Julio César y el anteriormente citado Cneo PompeyoMagno. Pero al contrario que sus socios de gobierno, Craso no tenía en su haber gestas militares importantes. Tenía riquezas, tenía poder, pero le faltaba la gloria en el campo de batalla. 

   En un afán de conseguir ese preciado bien, y mientras desempeñaba el título de gobernador de la provincia de Siria, costeó de su propio bolsillo una expedición militar en territorio Parto. Así fue como en el año 55 a. C. , se puso manos a la obra y tras dos años de esfuerzos y preparación, se lanzó a la conquista del Imperio parto con un ejército compuesto por siete legiones, es decir, unos treinta y cinco mil soldados más los auxiliares. La cosa no comenzó mal, ya que obtuvo algunas victorias que le permitieron ir adentrándose en territorio enemigo. Pero los dioses parecían no estar de su lado, sobre todo cuando su ejército llegó hasta las cercanías de Carrahe. Allí sus tropas fueron rodeadas, y en gran parte, gracias a un error en el planteamiento táctico del propio comandante general, fueron prácticamente aniquiladas. 

   En dicha batalla, las fuentes clásicas afirman que los romanos perdieron a más de veinte mil hombres, entre ellos el hijo del propio triunviro, y cerca de diez mil legionarios fueron hechos prisioneros. Craso se vio obligado a negociar con sus enemigos para buscar una salida al desastre, aunque fue capturado y ejecutado de una manera salvaje. Le hicieron tragar oro fundido, o sea, que la avaricia fue su propia perdición y la causa de su muerte.


Muerte de Craso


   En cuanto a la expresión en sí, debemos entender que cometer un "Craso Error·, equivale a equivocarse de forma garrafal, por así decirlo. Llevar a cabo una acción que podrías haber evitado y cuyas consecuencias han sido desastrosas.

FUENTE: ¿Sabías qué? 

viernes, 1 de agosto de 2025

Arquímedes, Hierón II y el orfebre que fue condenado a muerte

 

   Hierón II, el tirano de Siracusa, encargó una corona de oro a un orfebre. Le había entregado para ello un lingote de oro que, al terminar el lujoso objeto, el orfebre aseguró haber utilizado. Hierón quiso saber si realmente estaba hecha de oro puro, pues temía que lo hubieran engañado y se hubieran quedado con parte del oro. Le pidió a su sabio consejero Arquímedes que descubriera la verdad mediante su lógica e ingenio, y sin dañar la corona, ya que se trataba de un objeto muy delicado y valioso. 

   Arquímedes pensó en el problema durante varios días, pero no parecía encontrar una solución. Él sabía que no todos los cuerpos son igual de densos: por ejemplo, el oro lo es más que la plata, porque esta pesa menos aunque ocupe el mismo volumen. Si el orfebre hubiera añadido otros metales que no fueran oro, la corona ocuparía un volumen más grande que el equivalente al peso del oro. Pero ¿Cómo podía Arquímedes calcular el volumen que tenía la corona? Una tarde, mientras disfrutaba de un baño, observó que el agua de la bañera se derramaba por el borde conforme se le iba añadiendo más, y también notó que el nivel subía a medida que él se sumergía. Esto lo llevó a pensar que la cantidad de agua desplazada equivaldría al volumen de su propio cuerpo.


Arquímedes


   Y aquí llegó la idea que provocó el ¡Eureka!: para conocer el volumen de la corona de Hierón, podía sumergirla y medir la cantidad de líquido desplazado. Así lo hizo, pues, y obtuvo su volumen. El siguiente paso era determinar si contenía algún metal que no fuera oro; para ello, solo tenía que comparar el volumen de la corona con el de una pieza de oro que pesase lo mismo que la corona. Adquirió la pieza necesaria y la sumergió para ver qué volumen de agua desplazaba; luego lo comparó con la corona. Descubrió que el volumen de agua desplazado por la pieza de oro puro era menor: eso significaba que la corona contenía algún otro metal más ligero (plata y quizá cobre) en su mezcla, lo que se traducía en que la corona tenía un volumen mayor. Hierón, al enterarse de tamaña traición a su confianza, condenó al desdichado orfebre a la muerte.

sábado, 12 de julio de 2025

Alfonso X el Sabio y la invención de las tapas

 

   Según nos cuentan las tradiciones, Alfonso X el Sabio habría sido el rey que popularizó la costumbre de tomar tapas en el siglo XIII. Según se dice, Alfonso X el Sabio, un monarca castellano muy relacionado con las costumbres gastronómicas de la Edad Media, padeció una grave enfermedad durante el ocaso de su reinado, lo que le obligó a tomar pequeños bocados acompañados por sorbos de vino, siendo tan positivos los resultados que decidió dictar un decreto por el que se recomendaba la muy castiza costumbre de tomar el aperitivo. 


Alfonso X el Sabio


   Desde ese momento en los mesones castellanos no se despachó vino sin acompañarlo con algo de comida, de unas «tapas» cuyo nombre procede de la costumbre de poner sobre la jarra de vino una loncha de jamón o queso, con la que se tapaba la abertura y evitaba la entrada de impurezas e insectos. 

   Otras versiones, aunque con el mismo protagonista, ofrecen una visión diferente para explicar el origen de las tapas. Se dice que Alfonso X realizó un viaje a Cádiz y que cuando pasó por el Ventorrillo del Chato se paró a descansar y a reconfortarse con una buena copa de Jerez. Justo en ese momento se levantó el viento en la bahía gaditana por lo que el mesonero de la venta colocó una loncha de jamón sobre el vaso de vino para que no cayese arena en su interior. El resultado no difiere de la otra versión, porque Alfonso X quedó encantado con la idea. Primero se comió la «tapa», después el vino y decidió repetir pidiendo otra tapa igual. Maravillados, los miembros de la Corte que acompañaban al monarca no lo dudaron y terminaron uniéndose a la fiesta que dio nacimiento a una de nuestras costumbres más arraigadas.

domingo, 15 de junio de 2025

El confort a la hora de dormir en la Edad Media

 

   La gente de nuestra época, acostumbrada a buscar la comodidad en todas sus formas, se desolarían al contemplar o tener que compartir la vida en una casa o un castillo medieval. En aquellos siglos un techo y unas paredes eran suficientes para sentirse cómodos. Muchas veces las casas se componían de un solo local que compartían hombres y bestias dándose mutuamente calor y, en casos más refinados, un hogar situado en el centro de la misma, sin chimenea, calentaba con sus llamas y sus humos las noches de invierno. No era ninguna incomodidad dormir varios en compañía apretados, pues se apreciaba más el calor que la intimidad. Jergones de paja que se extendían por el suelo o sobre bancos, cuando los había, constituían la cama. 


Casa campesina



   Los de clase más baja, que no poseían muebles de ninguna clase, dormían en el suelo aguantando la humedad y las ratas que frecuentemente se paseaban sobre los durmientes. La frase «hacer la cama» data de la época en que le daban a uno un saco y paja para hacérsela uno mismo. En su libro Caliente y Confortable, que es una historiade la cama, Lawrence Wright dice: «En aquella época ni las personas de alto rango tenían lo que ahora llamamos “cama”. Sin embargo, la ropa de ésta estaba ya más de acuerdo con las ideas modernas: el almohadón, la almohada, la sábana, la colcha y, acaso, sobre todo ello, pieles de cabra o de oso. El arte de la fabricación del cristal se había perdido y las ventanas no podían dar luz sin correr el riesgo de la lluvia o del viento. La defensa exigía, además, ventanas pequeñas. En la habitación oscura y sin fuego, la fuente de luz no podía ser más que una masa de sebo colocada alrededor de una caña y clavada en un palo.

   Las paredes de los castillos estaban enjalbegadas o pintadas de vivos colores; en la Baja Edad Media eran corrientes los tapices, las ventanas no eran más que un agujero por el que penetraban el viento y la lluvia, por lo que se tapaban con ropas o madera que se retiraban de día para que entrase la luz. Los tapices colgaban de una barra de madera a fin de poderlos quitar fácilmente cuando su propietario iba de viaje, pues a dondequiera que fuese se colgaban en la habitación que ocupaba para que se encontrase como en su casa.

   No existían despertadores, el lugareño se despertaba con el canto del gallo y los señores eran despertados por sus sirvientes; algunos al irse a dormir encendían una vela que, dividida en segmentos, les indicaba las horas que dedicaban al sueño. Era un sistema muy rudimentario y por supuesto nada exacto, pues las corrientes de aire y la mala calidad del sebo lo hacían imposible. 

   Se dormía desnudo . En 1279 un sacerdote incluye en una lista de los actos que una esposa no puede hacer sin el consentimiento del marido: el dormir con camisa. En un fabliau francés se llama excéntrica a una dama porque se va a la cama en camisa, pero el hecho se explica porque la tal dama deseaba ocultar un defecto. Era costumbre recibir a las visitas mientras se estaba en la cama, que era una especie de asiento de honor durante el día y que, más adelante, fue sustituido por el canapé, cuya primera mención data del año 1221. 

   En los monasterios había habitaciones para los huéspedes, que muchas veces eran más cómodas y limpias que las de las casas particulares. A su cuidado estaba el monje hospedero que tenía que suministrar «colchones, mantas y sábanas no solamente limpias sino sin roturas, colchas bien gruesas y largas y agradables al a vista; en invierno, velas y candeleros y una chimenea que no eche humo; material para escribir; tener toda la hospedería limpia de suciedad y telarañas, y alfombras de juncos en el suelo… Deberá tener un criado fiel que no se vaya a la cama hasta que los huéspedes se hayan retirado. Deberá levantarse temprano cuando se marchen los huéspedes para procurar que no olviden una espada o un cuchillo y que no se lleven, accidentalmente, los objetos propiedad del convento». 





   No todas las hosterías eran como las de los monasterios pues, como hoy en día, las había desde las más sencillas a las más lujosas, y ello especialmente en Francia donde un viajero dice que encontró «toda clase de comodidades; cámaras pintadas y camas blandas, bien altas, con paja blanca y ablandada con plumas; dentro, es la hostería para los asuntos amorosos y cuando llegue la hora de acostarse tendrás almohadas de violetas para reclinar la cabeza más muellemente; y por último, contarás con electuarios y agua de rosas para lavarte la boca y la cara…». Sería el equivalente a un hotel de cinco estrellas de hoy. 

   A los visitantes de los museos, cuando ven las camas allí expuestas, les llama la atención dos cosas: una es el pequeño tamaño de las camas y la otra los cortinajes que las rodean. Lo primero se debe a que los hombres y las mujeres de la Edad Media eran, con raras excepciones, mucho más bajos que los de hoy en día, y la segunda que las colgaduras no servían solo de adorno sino para conservar el calor del cuerpo del durmiente aislándole del frío de la habitación. Y digamos, para terminar, que generalmente al pie de la cama había una caja o arca en la que se guardaban los objetos valiosos de la casa. Como las camas eran muy altas a veces se las usaba como peldaño para subir a ellas.

miércoles, 28 de mayo de 2025

Trabajos en la Edad Media que hoy en día dan repelús

 

   La Edad Media, a menudo envuelta en un halo de misterio, fue una época vibrante con profesiones únicas y poco convencionales. La sociedad exigía roles especializados, muchos de estos trabajos pueden parecer extraños hoy en día. Sin embargo, eran esenciales para el funcionamiento de las comunidades medievales. 

   Recolector de sanguijuelas.  Entre las profesiones más curiosas de la Edad Media, el recolector de sanguijuelas desempeñaba un papel particularmente intrigante. Estos individuos se adentraban en pantanos y estanques, a menudo descalzos, para recolectar sanguijuelas. Estas criaturas viscosas eran muy solicitadas debido a la práctica generalizada de las sangrías , un tratamiento médico común en la época. Se creía que las sanguijuelas equilibraban los humores corporales extrayendo sangre de los pacientes. El trabajo no solo era físicamente exigente, sino también arriesgado, ya que los recolectores se exponían a los elementos y a posibles infecciones. Sin embargo, su trabajo se consideraba esencial para la atención médica medieval. 

   Recolectores de mierda. En el paisaje urbano medieval, el saneamiento era un desafío significativo. Estos trabajadores se encargaban de limpiar los desechos humanos de fosas sépticas y letrinas, al amparo de la noche. A pesar de la naturaleza desagradable de sus tareas, eran vitales para mantener la salud pública y prevenir la propagación de enfermedades. Su trabajo, aunque esencial, estaba estigmatizado, lo que los llevaba a residir en las afueras de las ciudades. El trabajo era laborioso y requería resistencia física y una constitución fuerte para soportar las condiciones nocivas. 



Recolectores de mierda 



   Cazador de ratas.  En una época en la que las ciudades abundaban las plagas, el cazador de ratas emergió como un héroe anónimo, encargado de controlar la población de ratas. Estos individuos fueron cruciales para prevenir la propagación de enfermedades, en particular la peste negra, infamemente transmitida por las pulgas de las ratas. Los cazadores de ratas empleaban diversos métodos, desde trampas hasta venenos, para librar a las zonas urbanas de estas alimañas. Su trabajo era peligroso, ya que a menudo los exponía a un estrecho contacto con las mismas enfermedades que buscaban combatir. A pesar de los riesgos, sus esfuerzos fueron indispensables para mantener la salud pública durante la época medieval. 


Cazador de ratas


   El chico de los azotes.  En las casas de la nobleza, el chivo expiatorio ocupaba una posición única y poco envidiable. Este joven era educado junto a un príncipe o hijo de un noble y era castigado en su nombre cuando se portaba mal. El concepto se basaba en la creencia de que un príncipe, al ser de sangre real, no podía ser disciplinado físicamente. En cambio, el chivo expiatorio soportaba la peor parte del castigo, con la esperanza de que el vínculo emocional entre los chicos fomentara un mejor comportamiento en el hijo de un noble. Aunque poco convencional, este método disciplinario pone de relieve las complejas jerarquías sociales de la aristocracia medieval. 

   Devorador de pecados. El devorador de pecados era una figura solitaria que realizaba un ritual singular y sombrío en los funerales. Contratado para consumir una comida ceremonial colocada sobre el pecho del difunto, el devorador de pecados absorbía simbólicamente los pecados del difunto, asegurando así el paso de su alma al cielo. Esta práctica, arraigada en el folclore y la superstición, brindaba consuelo a las familias en duelo al purificar el espíritu del difunto. A pesar de la importancia espiritual de su función, los devoradores de pecados solían ser marginados, ya que su ocupación se consideraba a la vez necesaria y tabú. 

  Cirujano barbero.  Era una figura versátil en la sociedad medieval, que combinaba con destreza las funciones de cuidado personal y medicina. Si bien eran conocidos por cortar el cabello y afeitar barbas, estos profesionales también realizaban cirugías, extracciones dentales y sangrías. Reconocibles por sus icónicos postes de barbero rojos y blancos, que representaban sangre y vendajes, los barberos-cirujanos solían ser el primer punto de contacto para recibir tratamiento médico. A pesar de su limitada formación académica, desempeñaron un papel crucial en la atención médica, especialmente en las zonas rurales donde escaseaban los médicos. Su rol multifacético pone de relieve las necesidades prácticas de la vida medieval, donde una sola profesión a menudo satisfacía múltiples necesidades.

jueves, 15 de mayo de 2025

Los monjes que hicieron el primer chocolate de Europa

 

   Tras el descubrimiento de América, se inició un intercambio continuo de alimentos tanto de América a Europa, como de Europa a América. Uno de los alimentos que se introdujo en Europa fue el cacao. Antes de la llegada de los españoles a América, las civilizaciones mesoamericanas, como la de los mayas y aztecas, ya habían elaborado sus propias bebidas a base de cacao. Por ejemplo, el “chocolate” de los aztecas se elaboraba mediante cacao, pimienta, hierbas, vainilla y otras especies como la guindilla.

   Lo más parecido al chocolate actual, es decir masa de cacao, manteca de cacao y azúcar, se elaboró por primera vez en Europa en 1534, cuando unos monjes del Monasterio de Piedra (Zaragoza) mezclaron el cacao con azúcar y otras especies como la canela, eliminando de esta manera el sabor amargo original del cacao. No obstante, hay indicios de que en 1529, las monjas de un convento de Oaxaca (México) fueron las primeras en añadir azúcar al cacao. De una manera u otra, tanto el convento de Zaragoza como el de Oaxaca estaban bajo dominio español.


Monjes del monasterio de Piedra haciendo chocolate 


   Cuando Cristóbal Colón llevo muestras de Cacao a los Reyes Católicos, estás no fueron bien recibidas por su sabor amargo y picante. Por lo que, en un principio el cacao no fue del agrado de la corte española. No obstante, hubo una figura histórica llamada Hernán Cortés, que tuvo la oportunidad de probar en persona el brebaje de los aztecas y este sí que vio potencial en él. Estas fueron sus palabras: “Cuando uno lo bebe, puede viajar toda una jornada sin cansarse y sin tener necesidad de alimentarse”

   Gracias a la incorporación del azúcar, el chocolate fue ganando popularidad con el tiempo. Primero entre los miembros de la Iglesia española y las altas esferas de la corte. Con el tiempo, se fue extendiendo a todo el mundo y clases sociales.

martes, 29 de abril de 2025

La finca secreta en Manzanares que dirigía un exnazi


   El comienzo del misterio se resume muy bien en una nota de prensa de la desaparecida agencia Cifra, en el año 1959: Ha sido bien visto por los agricultores de esta localidad de Manzanares que un súbdito alemán, Eberhard Kieckebusch, haya pasado a engrosar el censo agricultor de esta villa, al adquirir por la cantidad de 6.500.000 de pesetas una hermosa finca de este término municipal. Esta finca, es conocida como El Doctor. Se encuentra ubicada entre las localidades manchegas de Daimiel, Bolaños y Manzanares. 


Finca "El Doctor"


   Podía resultar sorprendente que, en aquellos años, y en estos, un señor viniera de Alemania y comprara un territorio tan amplio para dedicarse a la agricultura, pero nadie se opuso ni le dio mayor importancia. Todo parecía más o menos normal hasta que se comenzaron a ver extraños movimientos en la finca de El Doctor: entraban y salían camiones y militares alemanes, lo que daba a entender que no se iba a realizar ningún cultivo allí. También se empezaron a construir unos edificios de pequeño tamaño en la superficie, pero bajo tierra se realizó una gran obra de ingeniería para albergar unos búnkeres mucho más amplios, por no hablar de que se cercó todo el perímetro con vallas metálicas y se protegió por soldados armados hasta los dientes, que no permitían pasar a nadie. Luego se instaló casi un centenar de antenas, algunas de más de 20 metros de altura, que daban a entender que aquello sería un lugar de emisión o recepción de señales de todo tipo. De hecho, en la entrada se podía leer «Centro de Estudios de Propagación Radioeléctrica»

   Aunque su verdadera función era desconocida para todos hubo algún artículo de prensa en los años noventa donde se hablaba de que todo se trataba de un plan secreto para instalar en el centro de La Mancha a algunos agentes del BND, el Servicio Secreto de Inteligencia germano, creado en abril de 1956. La idea parecía que podría venir de un exgeneral nazi, que había sido reconvertido y utilizado por la CIA americana para que colaborara con ellos durante los años de la Guerra Fría con la Unión Soviética y les sirviera de «oreja tecnológica» para escuchar todas las emisiones sonoras de cualquier buque que operara, principalmente, en la zona del estrecho de Gibraltar. De los años setenta hasta los noventa del siglo XX podría haber estado operativa y a pleno rendimiento, a pesar del cambio de régimen en España y de pasar de una dictadura a una democracia.

   Pero ¿quién sería este hombre de corte hitleriano que ahora dirigía un lugar tan llamativo en pleno término de Manzanares? Se cuenta que se trataba de Reinhard Gehlen, uno de los personajes más siniestros de la guerra de bloques. Había nacido en Erfurt en 1902, era militar y llegó al cargo de mayor general en las fuerzas armadas nazis durante la Segunda Guerra Mundial, momento en que ejerció de jefe de contrainteligencia en el frente oriental. Pero no parecía una persona demasiado fiel a sus ideas porque pronto fue reclutado por Estados Unidos en la operación Paperclip, la que llevaron a cabo los servicios de inteligencia militar de Estados Unidos para sacar de Alemania a aquellos científicos nazis que estuvieran especializados en lo que fueron llamadas armas maravillosas del Tercer Reich, como cohetes, armas químicas y experimentos médicos, una vez que el régimen nazi se había hundido por completo.

   Fue el encargado de manejar el aparato de inteligencia germano-occidental hasta 1968 y se le ha considerado siempre uno de los espías más importantes de la Guerra Fría. De hecho, creó la Organización Gehlen, compuesta por aquellos exoficiales alemanes que pasaron a trabajar para las potencias occidentales. También fue el primer presidente del BND (Bundesnachrichtendienst), el servicio secreto creado por Alemania Occidental. Según cuenta la leyenda, una de las ideas de este personaje siniestro fue la creación de esa base en la finca ciudadrealeña de El Doctor. 

Gehlen



   Antonio Bermúdez García-Moreno, experto en historia de Manzanares,  asegura que «sigue estando en el mismo ambiente de secretismo que estuvo siempre». Además, desvela una vivencia personal, porque su padre tenía un pequeño quiosco en el pueblo y cuando se hacía la romería a la ermita de la Magdalena en la sierra de Siles, al sur de Manzanares, «desplazábamos nuestro puesto de berenjenas de Almagro, coca-colas y otras bebidas para que la gente tomara algo durante esas horas». Recuerda que «allí iban los trabajadores de la finca de El Doctor, eran ingenieros alemanes, y nos compraban cervezas, y como sabían que yo estaba estudiando bachillerato me daban una propina». Eso era hacia el año 1968, cuando la base seguía a pleno rendimiento. También recuerda que nadie del pueblo conocía nada de lo que allí ocurría y ninguna de las personas que trabajaban en el lugar contaba jamás ningún detalle sobre su labor. De hecho, había quien les suministraba material y productos y en absoluto llegaron a acceder al interior de las instalaciones.

   Miguel Ángel Maeso Buenasmañanas, también experto en historia manzanareña, afirma que: La base tuvo que surgir a consecuencia de los acuerdos de colaboración militar con EE. UU. tras la visita del presidente Eisenhower a España en 1959. Estos permitieron la construcción de bases americanas en Rota o Torrejón y normalizaron las relaciones de la España franquista con el bloque occidental. Los alemanes que ayudaron a montarla tendrían que ser del ejército de la República Federal Alemana, nada de espías nazis, aunque alguno de ellos durante la Segunda Guerra Mundial combatiera con el ejército alemán. 

   A día de hoy, la finca El Doctor pertenece, según todos los indicios, al Ministerio de Defensa y al CNI. Como España pertenece a la OTAN no es difícil seguir especulando sobre esa intervención de los servicios secretos norteamericanos en la labor ejercida en esta zona de La Mancha. 

   En el mes de julio, el senador ciudadrealeño Hilario Caballero Moya planteó una cuestión en el Senado sobre las actividades que se desarrollaban en el lugar. Pidió que se le respondiera por escrito. Y como el reglamento de la Cámara Baja dice que las preguntas y respuestas deben ser publicadas en su Boletín Oficial, la Mesa de la Cámara respondió el 16 de julio en su boletín: La Mesa de la Cámara, en su reunión del día de hoy, ha adoptado el acuerdo que se indica respecto al asunto de referencia: Pregunta con respuesta escrita. 661/006490. AUTOR: Caballero Moya, Hilario (GPS). Retirada de su pregunta sobre las actividades que se desarrollan en la finca El Doctor, propiedad del Ministerio de Defensa y radicada en el término municipal de Manzanares (Ciudad Real). Acuerdo: Dar por retirada esta iniciativa a todos los efecto y comunicar este acuerdo a su autor. Palacio del Senado, 16 de julio de 2001. Manuel Alba Navarro, letrado mayor del Senado. 

   Por lo que tampoco de esa manera se supo nada sobre las actividades de la finca de El Doctor. Tal vez, cuando en algún momento se desclasifiquen secretos de nuestro Ministerio de Defensa lleguemos a saber la verdad sobre este lugar mítico, fuente de leyendas y misterios.

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