La sífilis y la Segunda Guerra Mundial

La II Guerra Mundial es el conflicto más mortífero la historia. Pero aún en este contexto la medicina emergió de la guerra con unos avances potenciales en la mano, entre ellos una cura para la sífilis. La bacteria responsable de la enfermedad fue descubierta en 1905, y su eventual cura, la penicilina, a finales de los años 20. Pero no fue hasta 1943, en medio de la Segunda Guerra Mundial, cuando los médicos en un Hospital de la Marina de Estados Unidos en la isla de Staten en Nueva York aplicaron el antibiótico para curar eficazmente a cuatro pacientes que sufrían las primeras etapas de la enfermedad.

Este avance fue especialmente importante para impulsar el esfuerzo de guerra. Casi el 5% de los reclutas en 1942 tenían sífilis. Cuando se deja sin tratamiento, la enfermedad causa úlceras genitales antes de atacar a otro partes del cuerpo, incluyendo el sistema nervioso, para causar una serie de síntomas debilitantes e incluso la muerte eventual. Esto impulsó al Departamento de Guerra en una campaña educativa de prevención sexual.

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Durante la Primera Guerra Mundial a los soldados estadounidenses no se le suministraron condones y las enfermedades de transmisión sexual fueron la segunda causa más frecuente de discapacidad y baja. La sífilis se trataba con un compuesto de arsénico. Su creador, un químico alemán llamado Paul Ehrlich, ganó el Premio Nobel en 1908. Sin embargo, el arsénico es una sustancia tóxica que producía efectos secundarios adversos y que a veces se usa en combinación con mercurio, que también es tóxico. La penicilina fue la solución.

La sífilis era "la cuarta causa de muerte en los Estados Unidos antes de la Segunda Guerra Mundial, sólo por detrás de la tuberculosis, neumonía y cáncer. En 1939, 64.000 estadounidenses murieron a causa de ella. Hoy en día es una enfermedad marginal tanto en el ejército como en la sociedad norteamericana.

Vía: War History Online